Durante los primeros años de su regreso a Montevideo, Joaquín Torres-García (1874–1949) mantuvo correspondencia regular con vanguardistas europeos con quienes había compartido el ambiente creativo parisino —Piet Mondrian, Jean Hélion, Jacques Lipchitz, Julio González— a quienes envió publicaciones de la A.A.C. (Asociación de Arte Constructivo) informándoles de sus intenciones y logros en la capital uruguaya. Los principios que guiaron la formación de dicha asociación a finales de 1934 y posteriormente el TTG (Taller Torres-García), en 1942, tuvieron antecedentes en la experiencia artística y didáctica que Torres-García pudo desarrollar en Europa desde principios del siglo XX. En ese lapso, fue construyendo una doctrina según la cual el arte debía constituir una nueva gran narrativa de valores, capaz de dar unidad y universalidad axiológica a un proceso de la modernidad que amenazaba disolver la unidad de la vida social y destruir los principios comunitarios de toda cultura. A su juicio, eran necesarios la conexión e intercambio para crear un frente de acción basado en una “comunión de ideas”. Tal apostolado del arte no era fácil implantarlo en una ciudad como Montevideo, donde, en la década de los treinta, comenzaban a existir profundas contradicciones sociales, políticas y culturales.
Héctor Ragni (1897–1952) fue uno de los primeros entusiastas miembros de la AAC, Ragni fue un artista que había operado como pintor y xilógrafo en Barcelona, poco antes de 1920, y luego en la isla de Mallorca, junto al pintor uruguayo Carlos Alberto Castellanos (1881–1945), época en la que tuvo conocimiento de la obra pictórica de Torres-García, así como también de sus publicaciones; entre ellas, “El descubrimiento de sí mismo” (1917). En cierta medida, estos antecedentes dan amparo a sus opiniones, ya que los artistas uruguayos (en general) desconocían la experiencia de Torres-García en Europa, así como la dimensión de su carisma y su apostólica tenacidad.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos publicados en Cercle et Carré (Círculo y Cuadrado): de Joaquín Torres-García “Aquí, en Montevideo” (doc. no. 1263116), “El plano en el que deseamos situarnos” (doc. no. 1263054), “Reflexiones” (doc. no. 1263191), “La presente revista” (doc. no. 1262991) y “El arte naturalista y el arte geométrico” (doc. no. 1263101); de Guido Castillo “El constructivismo. Muerte y nacimiento de un momento histórico” (doc. no. 1263176); de Alexis Carrel “El hombre, una incógnita” (doc. no. 1263085); de Edgar Varese “Nacionalismo y Folklore” (doc. no. 1263070); de Carmelo de Arzadun “Necesidad de agruparse para la formación de un medio artístico” (doc. no. 1263023); de San J. Luis Vicente “Nosotros y nuestro ambiente” (doc. no. 1263146); de Héctor Ragni “Nuestro arte constructivo y las teorías cubistas” (doc. no. 1263131) y de Francisco Lanza Muñoz “Universalidad del constructivismo” (doc. no. 1263161)].