El hecho de considerar a la “pintura” como algo vinculado, pero al mismo tiempo independiente del Arte, le permite a Joaquín Torres García salvaguardar a este último de todo ingrediente individualista y romántico. Su propósito es que gobierne en él la idea de “Estructura” y de “valores universales”, dejando la libertad creativa de carácter experimental y temperamental en manos de la Pintura (“la Pintura es el individuo, el Arte es el Hombre”). El problema de la pintura para JTG es estrictamente plástico y particular, mientras que el problema del arte es constructivo y universal. De esta forma, critica a los pintores uruguayos por no haber inventado nuevos modos pictóricos de interpretar, repitiendo formulaciones plásticas caducas. Para él, la Invención en esta materia se da cuando surge un modo personal (propio) de interpretar la mediación que la pintura es capaz de realizar entre el ver y el pensar, entre el objeto que provoca y la subjetividad que responde a esa provocación: “Es cierto que el camino que abrió un pintor con su invención, luego, merced a los imitadores, se transforma en tendencia”. Y no disimula su crítica a la llamada “pintura planista” —propia de la escuela montevideana que se desarrolló en torno al grupo TESEO y al Círculo de Bellas Artes en la década de veinte—: “Y no se crean excluidos (de su crítica) otros con pretensiones de modernos porque dan verdes y azules a las carnes de los retratos, o a las academias, y todo lo hacen de cartón y a facetas, como cortado con navaja. (¡Alerta, estudiantes: no hay que dejarse engañar!)”. Aun cuando no los nombre, esta ironía va dirigida a José Cúneo, a Guillermo Laborde y a Domingo Bazurro (entre otros), principales docentes y responsables de esa tendencia; pintores con quienes no ahorró disidencias explícitas y fricciones personales en los años treinta y cuarenta. No puede dejar de señalarse el anticipo que esta conferencia constituye respecto a la polémica sostenida por el TTG (Taller Torres García) sobre la “invención” en el arte; la cual tendrá lugar diez años después (en 1946), con motivo de la furibunda crítica que Tomás Maldonado (uno de los principales integrantes del grupo argentino Arte Concreto — Invención) dirigirá contra JTG desde el boletín de ese movimiento. [Como lectura complementaria, véase en el archivo digital ICAA los textos escritos por Joaquín Torres García: “Con respecto a una futura creación literaria” (doc. no. 730292); “Lección 132. El hombre americano y el arte de América” (doc. no. 832022); “Mi opinión sobre la exposición de artistas norteamericanos: contribución” (doc. no. 833512); “Nuestro problema de arte en América: lección VI del ciclo de conferencias dictado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo” (doc. no. 731106); “Introducción [en] Universalismo Constructivo” (doc. no. 1242032); “Sentido de lo moderno [en Universalismo Constructivo]” (doc. no. 1242015); “Bases y fundamentos del arte constructivo” (doc. no. 1242058); y “Manifiesto 2, Constructivo 100%” (doc. no. 1250878)].