El crítico Juan Calzadilla desarrolla en este texto una reflexión sobre los collages realizados por el pintor venezolano Mateo Manaure; su análisis contempla los inicios de la integración de la fotografía y las artes plásticas a principios del siglo XX. Esto lo ejemplifica bien el movimiento surrealista aprovechando el potencial de esta técnica para comunicar tanto realidades interiores como contenidos relacionados con el subconsciente. Considera a Manaure como uno de los pioneros del uso de esta técnica en Venezuela. Calzadilla señala, en la propia trayectoria del artista, los factores que lo familiarizan con este tipo de materiales y soluciones, detallando así  los aportes que esta etapa entraña, tanto en el ámbito técnico como en el temático.

En 1989, el pintor venezolano Mateo Manaure (n. 1926) presentó la muestra individual Collages en la Galería A, en Caracas. En la oportunidad, retomaba el trabajo con el montaje fotográfico e introducía variantes tales como la supresión de la pintura y el desarrollo de medianos formatos. Manaure había incursionado en la técnica dos décadas antes con sus “pinturas sobremontaje”, en las que combinaba la pintura y las técnicas de manipulación (propias de la fotografía). El texto de Calzadilla trae luces sobre el nexo pinturas sobremontaje de los sesenta y la de los collages de los ochenta, señalando tanto filiaciones estilísticas como sus principales aciertos. Para el crítico, las pinturas sobremontaje constituyen un núcleo creativo esencial para entender las sucesivas propuestas de Manaure en el campo de la manipulación de imágenes. No obstante, los collages de entonces dan acceso a una dimensión capaz de mostrar la amplitud de los temas abordados y, también, la expansión de la propia obra como objeto en sí. Por último, el texto toca una constante crítica sobre el trabajo de Manaure: presencia del universo interior del artista en cada propuesta, lo cual reivindica la propia sensibilidad ante una concepción del arte que había terminado por exigir a los artistas un mayor compromiso frente la realidad del entorno. [Con respecto a su obra, consúltese los siguientes textos en el archivo digital ICAA: de Víctor Guédez “La creación estético-visual en Mateo Manaure” (doc. no. 1155531); de Roberto Guevara, tanto “Manaure y la inmensa noche” (doc. no. 1156411) como “Manaure: Columnas en tierras movedizas” (doc. no. 1155301) y “Manaure y las Cuvisiones” (doc. no. 1156459); de Perán Erminy “Las imágenes poéticas de Manaure” (doc. no. 1156523); de Alfredo Boulton “Mateo Manaure en el Museo de Bellas Artes” (doc. no. 1157497); de Gastón Diehl “Mateo Manaure” (doc. no. 1156491); los artículos, tanto de Teresa Alvarenga “Mi obra de hoy: Mateo Manaure llega a los 50 años” (doc. no. 1156427) como de Pedro Lhaya “Mateo Manaure o la autenticidad pictórica americana” (doc. no. 1156443); artículo de Alejo Carpentier, ‘Letra y Solfa: Arte abstracto” (doc. no. 1097108); y los textos del propio Manaure, “La decisión de un artista” (doc. no. 1156475) y el escrito sobre “La Escuela de artes plásticas de frente y de perfil” (doc. no. 813569)].