La periodista Teresa Alvarenga entrevista al pintor Mateo Manaure con motivo de sus cincuenta años de vida artística. El artista relata, aquí, su propia historia desde el año 1941 con su primer trabajo y el acercamiento al mundo de la imprenta y las artes gráficas. Prosigue con sus años en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas, las iniciativas básicas de su generación y los aportes de grupos tanto el Taller Libre de Arte como Los Disidentes. Señala, inclusive, las actividades que emprendieron él y sus compañeros disidentes a su regreso de París y las problemáticas que enfrentaron con el régimen político imperante bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-58). La última parte de la entrevista aborda la trayectoria de Manaure y las motivaciones subyacentes a sus sucesivos cambios de lenguaje plástico; del mismo modo, habla sobre la propuesta de su siguiente exposición individual.

En 1976, el pintor venezolano Mateo Manaure (n. 1926) llegaba a los cincuenta años de trayectoria en el medio artístico. De igual modo, se encontraba preparando la muestra Columnas policromadas, a inaugurarse en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas al año siguiente, con propuesta de arte abstracto donde la interacción de líneas y colores buscaba crear un efecto volumétrico. A pesar de las similitudes con el cinetismo venezolano, Manaure niega cualquier posible vínculo de sus obras con esta corriente estética que, en esa década de auge empezaba a recoger críticas por su carácter repetitivo y comercial. En el marco de su última propuesta abstracta —antes de volver a la figuración en 1981— Manaure otorga esta entrevista a Teresa Alvarenga, donde menciona importantes aspectos de distintas etapas de su carrera.

El principal aporte de este texto lo constituye la reconstrucción de esta trayectoria en palabras de su protagonista, amén de la recopilación de datos pequeños: nombres de personajes, ubicación de lugares de reunión y galerías, dinámicas de enseñanza en la Escuela de Artes Plásticas, algunas iniciativas de los estudiantes, etcétera. Interesa en este relato la creación de espacios de exhibición y galerías por iniciativa de los artistas mismos, así como las circunstancias que impidieron a estos escenarios lograr una trayectoria más duradera. Del mismo modo, Manaure otorga una mirada distinta a su interacción grupal, ya sea con el Taller Libre de Arte o bien con Los Disidentes; por lo general, entendidos como “rivales” desde campo de la figuración, unos, y de la abstracción, los otros; oposiciones y oscilaciones en que se manejó el propio Manaure.

[Respecto a obra de Manaure, consúltese en el archivo digital ICAA:de Víctor Guédez “La creación estético-visual en Mateo Manaure” (doc. no. 1155531); los textos de Roberto Guevara “Manaure y la inmensa noche” (doc. no. 1156411), “Manaure: Columnas en tierras movedizas” (doc. no. 1155301), y “Manaure y las Cuvisiones” (doc. no. 1156459);  el ensayo de Perán Erminy “Las imágenes poéticas de Manaure” (doc. no. 1156523); lo escrito por Alfredo Boulton en “Mateo Manaure en el Museo de Bellas Artes” (doc. no. 1157497); el texto de Gastón Diehl “Mateo Manaure” (doc. no. 1156491); el artículo de Pedro Lhaya “Mateo Manaure o la autenticidad pictórica americana” (doc. no. 1156443); y, del propio Manaure, un recuento de naturaleza crítica en torno “La Escuela de artes plásticas de frente y de perfil” (doc. no. 813569)].