Esta publicación es una de los escasos testimonios en que se recogen opiniones directas del general Juan Velasco Alvarado (1910–77) sobre temas artísticos, a pesar de que su llamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (1968–75) dedicó especial atención a las políticas culturales. Aquí es donde se menciona por primera vez el significativo “cambio” de las efigies que presiden el ambiente ceremonial del Palacio de Gobierno; el nuevo nombre y decorado del salón se presentó oficialmente al día siguiente (25 de julio de 1972). Aunque la nota no lo menciona, el cuadro era obra de Néstor Quiroz López, un policía asignado a la sede del Poder Ejecutivo. Hacia 1974 el cuadro de Quiroz fue reemplazado por otra semblanza del mismo héroe realizada por un capitán del ejército peruano que luego llegaría a ser general de división, Mario Salazar Eyzaguirre. A su vez, esa versión sería sustituida en 2003 por otra del artista Armando Villegas (1926–2013).
El gesto simbólico de que se reemplazara la imagen del conquistador español por la del precursor indígena de la independencia no resultó tan polémico como el hecho de apelar para ello al trabajo de Néstor Quiroz López, un simple policía con aficiones pictóricas, a desmedro además de la obra de un reconocido pintor académico como Daniel Hernández (1856–1932), quien incluso dirigió la Escuela Nacional de Bellas Artes desde su fundación (1919) hasta 1932. Esta despreocupación por “lo específicamente artístico” dio lugar a protestas como las del pintor de Szyszlo cuyas declaraciones motivaron esta réplica, así como otra del escritor Néstor Espinoza (n. 1938) [véase al respecto en el archivo digital ICAA de Espinoza “Machu Picchu y Túpac Amaru” (doc. no. 1139229)].
Esta polémica puede verse como un antecedente a la que en 2004 se produjo como reacción al retiro del monumento a Pizarro del escultor estadounidense Charles Cary Rumsey (1879–1922) erigida en 1935 en la Plaza Mayor de Lima. La intensidad de ambas discusiones refleja la vigencia que mantiene entre la población peruana el trauma de la conquista y su consiguiente utilización política.
[Como lectura complementaria sobre Túpac Amaru II, véanse en el archivo los siguientes textos: del general EP Felipe de la Barra “¿Cómo fue Túpac Amaru?” (doc. no. 865441); (sin autor) “Convocan a concurso: monumento a Túpac Amaru se levantará en el Cuzco” (doc. no. 1053438); de Alfredo Arrisueño Cornejo “Convocan a concurso de pintura para perpetuar la imagen plástica del mártir José Gabriel Condorcanqui” (doc. no. 865422) y “Declaran desierto el Concurso de Pintura ‘Túpac Amaru II’” (doc. no. 865498); (sin autor) “En busca de la imagen arquetípica de Túpac Amaru” (doc. no. 865702); de Daniel Valcárcel “El retrato de Túpac Amaru” (doc. no. 1052165); y de A. O. Z. “Túpac Amaru: ¿verdadero retrato?” (doc. no. 865460)].