El crítico Juan Calzadilla presenta el catálogo de la exposición Magia de un realismo crítico de Jacobo Borges, organizada por la Galería de Arte Nacional en 1976. Opina que Borges es el artista venezolano con la trayectoria más coherente, siendo que la realidad se articula en la relación total entre sus obras; sería, de hecho, como una suerte de “crónica” pese a que cada pieza conserva su autonomía. Este nexo formal es tan importante como el que, en el campo de las ideas, se produce entre la imagen y el mensaje. Calzadilla lo atribuye a que Borges emplea un lenguaje personal eficaz, expresado vía imágenes intrínsecamente válidas con conciencia crítica.

Juan Calzadilla (n. 1931) escribe este prólogo para la versión venezolana de la muestra Jacobo Borges: Magia de un realismo crítico (Caracas: Galería de Arte Nacional, 1976), que había sido generada por el Museo de Arte Moderno de México (Chapultepec). Organizada por la GAN y realizada en el Museo de Bellas Artes de Caracas, entre los meses de noviembre y diciembre de ese año, incorporaba nuevas obras. Esta fue la primera exhibición en el país que presentó una selección significativa de toda su trayectoria pictórica. El pintor Alejandro Otero fue quien impulsó la celebración de una exposición del pintor venezolano de la Nueva Figuración bajo el título de Jacobo Borges en México, buen indicador de que los antagonismos entre abstracción y figuración habían sido superados para la época.

El crítico, dibujante y poeta venezolano ya había escrito un texto para otra exposición de Borges (Las Jugadoras, 1965), donde destacaba el novedoso tratamiento de la realidad que ofrecía el pintor. Más de diez años después, en este breve ensayo, Calzadilla tiene la oportunidad de apreciar la evolución de su obra y estima en ella su consistencia, tanto en lo formal como en lo ideológico; de igual manera, constata la importancia del dibujo en su desarrollo pictórico. Aunque se trata de una evaluación breve y general, señala aspectos determinantes y característicos de la obra de Borges, generados a partir de la estrecha relación entre sus distintas obras, independientemente de las fechas; así, Calzadilla califica sus piezas de “crónica hiriente” de la realidad y percibiendo el “marco metafísico” en que Borges sitúa su crítica. Esto es, el empleo de estereotipos; el fluir del tiempo; el vínculo entre imagen, mensaje y conciencia crítica.

[Véase al respecto de su obra, en el archivo digital ICAA, los textos de Donald Kuspit “Jacobo Borges’s creation of potential space / Jacobo Borges e la creazione dello spazio potenziale” (doc. no. 1060608); de Perán Erminy “Una exposición de obras de Jacobo Borges” (doc. no. 1060424); de Inocente Palacios “Jacobo Borges” (doc. no. 1060361); y de Roberto Guevara (sin título) “[Un día el poeta sentó la belleza en sus rodillas…]” (doc. no. 1060477); el ensayo de la historiadora Berta Taracena “Jacobo Borges en México” (doc. no. 1063795); la reseña periodística de Elizabeth Pérez Luna “Jacobo Borges. La pasión de la identidad” (doc. no. 1063714); la entrevista de Lenelina Delgado titulada “Somos una ficción” (doc. no. 1063831); la de Armando J. Florez “El artista debe superar las limitaciones de las ideologías. Jacobo Borges en Nueva York” (doc. no. 1065435); y la de José Luis Colin “Entre la acción colectiva y la búsqueda individual: Jacobo Borges” (doc. no. 1063769). Juan Calzadilla escribió otro texto sobre el artista: (sin título) “[Hasta ahora lo que entre nosotros se había llamado…]” (doc. no. 1060684)].