El crítico e historiador Perán Erminy evalúa la obra del pintor Jacobo Borges presentada en la exposición Jacobo Borges. Dibujos recientes,organizada por la galería caraqueña ¡Viva México!  Erminy afirma que el artista venezolano tiene como objetivo la comunicación en el ámbito social, por lo que hace uso de cualquier medio expresivo (la pintura o el cine) como instrumento. A su juicio, la obra pictórica de Borges es producto de un arduo proceso intelectual, motivo por el cual es escasa. En el único óleo de la exposición, cada objeto representado actúa como una “información visual” independiente y precisa, a diferencia de sus trabajos anteriores. En las series de dibujos, de gran síntesis expresiva, se impone en Borges pintor un carácter narrativo, directo y claro, que permite el fácil reconocimiento de los contenidos expresados. Para el crítico, tales características de los recientes dibujos de Borges —despojadas de purismos formales, sentimentalismos o bien de juegos— se convierten tanto en “un arma de combate social” como en un “verdadero humanismo”.

Esta presentación fue realizada por el crítico e historiador de arte venezolano Perán Erminy (1929–2018) a la exposición Jacobo Borges. Dibujos recientes del pintor venezolano Jacobo Borges (n. 1931), celebrada en febrero de 1971 en la Galería ¡Viva México! En ella evalúa la obra de Borges tras el regreso del artista a la pintura, después de haber permanecido alrededor de cinco años dedicado a la investigación de otros géneros expresivos tales como el cine. Durante ese período, Borges concibe, produce y dirige el primer espectáculo multimedia que se realiza en Venezuela, Imagen de Caracas; trátase de una intensa experiencia de creación colectiva de tema histórico que se realizó con motivo de la celebración de los 400 años de Caracas, evento al que hace referencia Erminy en este texto. El crítico elogia el gran poder comunicativo de la obra pictórica borgesina, cada vez más evidente y diáfano, buscando resaltar aquellos elementos expresivos en sus dibujos y su pintura que apoyan tal argumento: la síntesis expresiva y el “poder actuante de la imagen plástica” que tornan posible el reconocimiento objetivo por parte del espectador de contenidos que desea expresar, siempre dirigidos hacia la crítica social. En este sentido, llama la atención el hecho de que Erminy no haya relacionado esa claridad —esa búsqueda de Borges por la “información visual” y su impacto sobre la gente— con el producto de la investigación sobre los códigos y la semiótica (de los medios de comunicación visual) que durante años lo mantuvo tan alejado de la pintura.

Véase al respecto de la obra de Jacobo Borges el texto de Donal Kuspit “Jacobo Borges’s creation of potential space” [doc. no. 1060608]; la reseña periodística de Elizabeth Pérez Luna  “Jacobo Borges: La pasión de la identidad” [doc. no. 1063714]; el texto del crítico Inocente Palacios “Jacobo Borges” [doc. no. 1060361]; el ensayo de la historiadora Berta Taracena “Jacobo Borges en México” [doc. no. 1063795]; el texto del crítico Roberto Guevara “Sin título. [Un día el poeta sentó la belleza en sus rodillas…]” [doc. no. 1060477]; la entrevista de Lenelina Delgado, titulada “Somos una ficción” [doc. no. 1063831]; la entrevista de Armando J. Florez “El artista debe superar las limitaciones de las ideologías: Jacobo Borges en Nueva York” [doc. no. 1065435]; y la entrevista de José Luis Colin “Entre la acción colectiva y la búsqueda individual: Jacobo Borges” [doc. no. 1063769].