El curador y crítico venezolano Roberto Guevara (1932–98) expresa su desconfianza ante lo que denomina la “confusa promoción de un «arte latinoamericano»”, amén de las estrategias puestas en práctica para ello. Los latinoamericanismos y discursos localistas en auge para este momento encuentran en este artículo una crítica tangencial, desplegada a partir del análisis de la obra de Oswaldo Vigas (n. 1926) y su proceso de búsqueda artística. Para Guevara —el defensor de un pensamiento crítico totalizador del continente—, el alcance artístico se fundamenta en logros puntuales y nunca en causas. En 1977, Vigas había presentado en Lima (Perú), la exposición Oswaldo Vigas, imagen de una identidad expresiva (Galería del Instituto Nacional de Cultura / Museo de Arte Italiano, Lima, 1977), donde apelaba al problema de un lenguaje continental basado en replanteamientos del pasado; y lo hacía en contraposición a las tendencias abstractas e informalistas. Ese mismo año, Vigas había generado una polémica al cuestionar el arte oficial en Venezuela y los peligros de búsquedas basadas en movimientos internacionales. En tal contexto, Guevara parece cuestionar los postulados de Vigas, a su juicio, el abanderado de un lenguaje de “identidades” (propósitos). Sin embargo, el crítico valora su proceso en tanto dinámica de creación, vinculada tanto a problemas artísticos como a soluciones específicas. Para Guevara, el aporte de Vigas, sin embargo, se encontraría en la exploración formal y en la profundización de determinadas temáticas de raigambre americana; en su opinión, la repetición comporta un riesgo pero recupera a la obra como fuente de simultaneidades para el hallazgo y la contribución. Frente a la difusión de un arte representativo de discursos, Guevara rescata el acto creador, en sí, como lugar de enunciación y, por ende, como único ámbito de legitimidad posible.
El escritor y crítico venezolano Juan Liscano (1915–2001) también trató este tema en su artículo “La reiteración de Vigas”, publicado en el suplemento “Papel Literario” de El Nacional (Caracas, 29 de octubre de 1978). A su vez, Marta Traba, al hacer un retrospecto de su pintura, considera a Vigas como un caso atípico en Venezuela, valiéndose de su obra pictórica para cuestionar la dependencia cultural de América Latina. [Véase archivo digital ICAA (doc. no. 1106962)].
Respecto a la obra de Oswaldo Vigas, consúltese: el texto de Juan Liscano “La reiteración de Vigas” (doc. no. 1152769); los textos de Roberto Montero Castro “Vigas en el ojo ajeno - Plástica e identidad latinoamericana” (doc. no. 1153266), y “Oswaldo Vigas: La lucha por descubrir la identidad americana” (doc. no. 1168108); el texto de Joaquin Gabaldón “La monstruosidad en el arte” (doc. no. 850831); el artículo de Lenelina Delgado “De la pintura al tapiz” (doc. no. 1153365); y el artículo de A. Feltra “Vigas sufre de afán publicitario” (doc. no. 1155580).