El poeta y crítico Francisco Pérez Perdomo (1930?2013) escribe esta presentación para el libro Asfalto-Infierno, obra que combina textos del escritor Adriano González León y las imágenes del fotógrafo Daniel González. El libro fue publicado en 1963 por El Techo de la Ballena (Caracas, 1961–1968), agrupación a la que todos ellos pertenecían. El tema del libro es el “tumulto de la ciudad” capital de Venezuela, su rostro esquivo tanto en la literatura como en la imaginería popular, el cual representa uno de los primeros manifiestos sobre la cultura urbana caraqueña. La obra expresa el descontrol, el desarraigo y la anarquía de una ciudad que creció de manera abrupta y desigual, producto de los altos ingresos petroleros. Por otra parte, la combinación de disciplinas, literatura y fotografía fue característico en las manifestaciones editoriales y expositivas de El Techo de la Ballena. La introducción es precisa en cuanto a los alcances de la publicación. Como es frecuente en los escritos de los balleneros, Pérez Perdomo explica aquello que no define al libro, simplemente lo describe en oposición con aquello que puntualiza los parámetros que se pretende subvertir: valores patrióticos nacionales, fotos preciosistas, falsos esplendores y tradición romántica. Se desprende, así, lo que se esperaría de la publicación al alterar los valores tradicionales; esto es, un tema tan novedoso exige nuevas formas de expresión. El autor señala en la poesía beat norteamericana las fuentes literarias de los textos que acompañan al libro y que ejercen influencia en la sintaxis rota y “el lenguaje incontrolado” de González León. Por su parte, las imágenes crudas y “beligerantes” de González no escatiman nada a la realidad que representan. Imágenes y textos se suceden dialogando, sin que ninguno de ellos subordine al otro. El Techo de la Ballena fue una agrupación de artistas plásticos y escritores de la vanguardia venezolana, que entre los años 1961 y 1968 combinaron diferentes disciplinas: plástica, poesía, fotografía, cine y arte de acción, entre otras, para crear un arte de carácter revolucionario que cuestionaba y combatía valores sociales y culturales tradicionales en una de las décadas de mayor violencia política de Venezuela, de la cual fueron el equivalente artístico. La guerrilla, los postulados de la izquierda intelectual, la represión, la urbe deformada por el acelerado y forzado modelo desarrollista de la naciente democracia venezolana de Rómulo Betancourt (1959?64) fueron el marco de referencia en el que se desenvolvió la agrupación. En la plástica, asumieron la estética del informalismo a la que le añadieron una fuerte dosis de agresividad para contrariar así los valores de la geometría abstracta, del paisajismo tradicional y hasta del realismo social, sumado a una estrategia subversiva y provocadora, irracional y surrealista. Su producción editorial fue numerosa —incluidos los tres números de la revista Rayado sobre el Techo— al igual que sus exhibiciones. [Para más textos escritos por integrantes del grupo El Techo de la Ballena, consulte en el archivo digital ICAA de Adriano González León “Homenaje a la necrofilia” (doc. no. 1097543); también de Adriano González León el “Tercer manifiesto: ¿Por qué la ballena?” (doc. no. 1097576); de Juan Calzadilla y Carlos Contramaestre “Los tumorales I y II” (doc. no. 1097559); y de Ángel Rama el prólogo conocido como “Terrorismo en las artes” (doc. no. 1097527). Más aun, véase de El Techo de la Ballena (sin título) “[Establecer una frontera entre lo cursi y lo pavoso...]” (doc. no. 1059586); “Para la restitución del magma” (doc. no. 1060710); “Las ‘Instituciones de cultura’ nos roban el oxígeno, afirman” (doc. no. 1060199); Rayado sobre el techo. Cambiar la vida, transformar la sociedad (doc. no. 1060254); y “Segundo Manifiesto” (doc. no. 1057677)].