Evaluación positiva de las actividades realizadas por El Techo de la Ballena (Caracas, 1961–68) a dos años de su fundación, destacando su principal legado hasta entonces: la “revisión verdadera sobre nuestro aletargado mundo cultural”. Tal afirmación se sostiene a lo largo de todo el texto, resaltando actividades “balleneras” en contra de movimientos y artistas representativos de los valores artísticos consagrados, literarios o plásticos. Considerado uno de los movimientos “más combativos”, por quien escribe el artículo; sin embargo, más allá de la confrontación y la provocación persistentes, no existe ningún argumento que plantee el establecimiento de este grupo como “movimiento”; es decir, con singularidad estética propia, consistente y homogénea que aspire a sustituir la de aquellos que combaten. Quizás el rechazo voluntario y expreso de El Techo de la Ballena por crear códigos o cánones —lo cual también se subraya en el presente texto— les haya impedido consolidar un movimiento en el sentido tradicional del término. Llama la atención la condición sugerida al inicio del escrito: “si [El Techo de la Ballena] no mostrara otros valores efectivos”; es decir, que provocación y combate son considerados por el autor como suficiente legado. El Techo de la Ballena no sentó “escuela”, pero la experimentación incansable que ejercieron en la plástica y la literatura, la combinación de estos medios y otros, aseguraron nuevas vías para el posterior desarrollo de otras vanguardias en Venezuela. El Techo de la Ballena fue una agrupación de artistas plásticos y escritores de la vanguardia venezolana. Entre los años de 1961 y 1968 combinaron diferentes disciplinas: plástica, poesía, fotografía, cine y arte de acción, entre otras, para gestar un arte de carácter revolucionario que cuestionaba todos los valores socio-culturales combatibles como tradición en una de las décadas de mayor violencia política de Venezuela: los sesenta. La guerrilla, los postulados de la izquierda intelectual, la represión, la urbe deformada por el acelerado y forzado modelo desarrollista de la naciente democracia venezolana fueron marco referencial para la agrupación. En la plástica, asumieron la estética del informalismo, añadiéndole fuerte dosis de agresividad para contrariar valores de la geometría-abstracta, del paisajismo tradicional, incluso del realismo social. Fue su estrategia subversiva y provocadora, irracional y surrealista. Por otra parte, su producción editorial fue numerosa —principalmente, tres números de la revista Rayado sobre el Techo— al igual que sus instigantes muestras. Los principales integrantes fueron venezolanos: Carlos Contramaestre, Juan Calzadilla, Caupolicán Ovalles, Edmundo Aray, Francisco Pérez Perdomo, Salvador Garmendia, Adriano González León, Fernando Irazábal, Daniel González, Gabriel Morera, Gonzalo Castellanos y Perán Erminy, junto con algunos extranjeros integrados al país como el chileno Dámaso Ogaz y los españoles J. M. Cruxent, Ángel Luque y Antonio Moya. [Para más textos escritos por integrantes del grupo El Techo de la Ballena, consulte en el archivo digital ICAA de Adriano González León “Homenaje a la necrofilia” (doc. no. 1097543), en el cual presenta un ensayo sobre el amor, la muerte y la necrofilia con el que introduce la obra de Carlos Contramaestre exhibida en la exposición Homenaje a la Necrofilia, en 1962 en la Galería El Techo de la Ballena, Caracas; de Juan Calzadilla y Carlos Contramaestre “Los tumorales I y II” (doc. no. 1097559), en el cual presentan la exposición denominada Los Tumorales, de Contramaestre, en 1963 en la Galería El Techo de la Ballena, Caracas; también de Adriano González León el “Tercer manifiesto: ¿Por qué la ballena?” (doc. no. 1097576); y de Francisco Pérez Perdomo “(Sin título) [Hay ciertos rostros de la ciudad...]” (doc. no. 1060288). Más aun, véase de El Techo de la Ballena “(Sin título) [Establecer una frontera entre lo cursi y lo pavoso...]” (doc. no. 1059586); “Para la restitución del magma” (doc. no. 1060710); “Las ‘Instituciones de cultura’ nos roban el oxígeno, afirman” (doc. no. 1060199); Rayado sobre el techo. Cambiar la vida, transformar la sociedad (doc. no. 1060254); y “Segundo manifiesto” (doc. no. 1057677)].