Este artículo ejemplifica las reacciones habidas en torno al catálogo y a la exposición Homenaje a la necrofilia (noviembre 1962) organizada por el grupo El Techo de la Ballena con obras de Carlos Contramaestre, uno de sus principales integrantes. El catálogo fue publicado en la imprenta de la UCV (Universidad Central de Venezuela), adscrita a la oficina del Rector, Dr. Francisco de Venanzi, quien, aprobando su difusión, era de esperarse que conociera su contenido. El catálogo fue considerado más provocación que demostración de tolerancia de las autoridades universitarias, siendo posible que se imprimiera subrepticiamente. La reacción del periodista fue contraria al contenido del catálogo en cuestión; indignado, un profesor envió este artículo a las redacciones de distintos medios impresos, publicándose entero (como en este caso) o citando los principales fragmentos. La postura del ofendido resultó ser moralista. Así, los “balleneros” lograron uno de sus objetivos: provocar un escándalo mayor que sacudiera el moralismo de la burguesía criolla. El Techo de la Ballena fue una agrupación de artistas plásticos y escritores de la vanguardia venezolana, que entre los años 1961 y 1969, combinaron diferentes disciplinas: plástica, poesía, fotografía, cine, arte de acción, entre otras, para crear un arte de carácter revolucionario que cuestionaba y combatía valores sociales y culturales tradicionales en una de las décadas de mayor violencia política de Venezuela, de la cual fueron el equivalente artístico. La guerrilla, los postulados de la izquierda intelectual, la represión, la urbe deformada por el acelerado y forzado modelo desarrollista de la naciente democracia venezolana de Rómulo Betancourt (1959−64) fueron el marco de referencia en el que se desenvolvió la agrupación. En la plástica, asumieron la estética del informalismo a la que le añadieron una fuerte dosis de agresividad para contrariar así los valores de la geometría abstracta, del paisajismo tradicional y hasta del realismo social, sumado a una estrategia subversiva y provocadora, irracional y surrealista. Su producción editorial fue numerosa —incluidos los tres números de la revista Rayado sobre el techo— al igual que sus exhibiciones. Sus integrantes fueron, entre otros, los venezolanos Carlos Contramaestre, Juan Calzadilla, Caupolicán Ovalles, Edmundo Aray, Francisco Pérez Perdomo, Salvador Garmendia, Adriano González León, Fernando Irazábal, Daniel González, Gabriel Morera, Gonzalo Castellanos, Perán Erminy, y los extranjeros integrados al país: el chileno Dámaso Ogaz y los españoles J. M. Cruxent, Ángel Luque y Antonio Moya. Homenaje a la Necrofilia fue la muestra más controversial del grupo, desatando la ira y el repudio tanto del mundo cultural, como del público general, como constata el artículo “Declara Pedro Centeno Vallenilla: “Defensores del folleto con aberraciones sexuales obedecen al complejo del salvaje que goza comiendo inmundicias...” (doc. no. 865836). Véase al respecto “Homenaje a la necrofilia”, donde Adriano González introduce a la obra de Contramaestre exhibida en la exposición homónima de 1962 en la Galería El Techo de la Ballena, Caracas (doc. no. 1097543). Hay también una entrevista con Contramaestre del periodista RAS (Eduardo Robles Piquer) donde se coloca, de modo positivo, el sentido transgresor de la muestra: “Huesos, vísceras, pieles y sangre como elementos pictóricos en Contramaestre: Resurge ‘El Techo de la Ballena’ con un homenaje a la necrofilia” (doc. no. 868651).[Para más textos escritos por integrantes del grupo El Techo de la Ballena, consúltese el archivo digital ICAA: “Los tumorales I y II”, en el cual Juan Calzadilla y Contramaestre presentan la exposición Los Tumorales, de este último (doc. no. 1097559); “Tercer manifiesto: ¿Por qué la ballena?” de Adriano González León (doc. no. 1097576); y (sin título) [Hay ciertos rostros de la ciudad...] de Francisco Pérez Perdomo] (doc. no. 1060288). manifiesto” (doc. no. 1057677)].