En su ensayo sobre la obra de Käthe Kollwitz, Mário Pedrosa vincula el carácter político del arte moderno tanto con las dinámicas sociales como con las fuerzas productivas de aquella época. El autor divide el campo artístico entre “artistas individuales” (con objetivos estéticos inmediatos) y “artistas sociales” (en sintonía con lo que denomina realismo del proletariado), la categoría en la que inscribe la obra de esta notable alemana. Para Pedrosa, el destino del arte de Kollwitz no estaba en el arte mismo sino “socialmente en el proletariado”. Su obra, “partidaria y tendenciosa”, va más allá de un resultado estético; se trata de “un imperativo social del cual es imposible huir, un sistema de vida”. Kollwitz se destacó con sus grabados y dibujos basados en representaciones, muchas veces dramáticas, de trabajadores, de pordioseros, de víctimas de la Primera Guerra, además de mujeres y niños inmigrantes. La muestra realizada en el CAM paulistano fue uno de los polos difusores del expresionismo alemán en Brasil durante la primera mitad del siglo XX.
El intelectual y político Mário Pedrosa (1900–81) es, sin lugar a dudas, el teórico y crítico vertebral del arte brasileño en el siglo XX. Fue inicialmente redactor de política internacional para el Diário da Noite, afiliándose desde la década de 1920 al PCB (Partido Comunista Brasileño). Estuvo preso en 1932 por su militancia política (entonces trotskista). Durante el Estado Novo getulista, vive el exilio en Francia y Nueva York, y sólo regresa al Brasil en la posguerra, colaborando en el Correio da Manhã. Su antiestalinismo lo lleva a fundar el semanario Vanguarda Socialista. Presenta una tesis de docencia en estética, “Da natureza afetiva da forma na obra de arte” (1949), en la Faculdade de Arquitetura (Río), donde coloca todo su bagaje filosófico y de sicología de la Gestalt, siendo en esa época uno de los fundadores de la AICA (1948) y organizador del Congreso Internacional de Críticos de Arte (Brasilia, 1959). Escribe la columna de crítica de arte en Tribuna da Imprensa (1950–54) y, en esa década, es miembro organizador de la II y III bienales de São Paulo (1953 y 1955), pasando a dirigir el MAM-SP (1961–63). Es secretario del Consejo Nacional de Cultura en el breve gobierno de Jânio Quadros. Durante la dictadura militar se refugia en Chile y pasa a dirigir en Santiago el Museo de la Solidaridad; tras el golpe de Pinochet (1973) parte a La Habana como secretario del Museo de la Resistencia Salvador Allende. Sólo regresa al Brasil en 1977 (durante los inicios de la Amnistía) y es el primero en firmar el manifiesto de creación del PT (Partido dos Trabalhadores, 1980). Su vastísima biblioteca (8 mil volúmenes) está parcialmente accesible en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos de Mário Pedrosa: “Abstração ou figuração ou realismo?” (doc. no. 1085648); “Arquitetura e crítica de arte” (doc. no. 1086553); “Crise nas artes individuais” (doc. no. 1110406); “Da abstração a auto-expressão” (doc. no. 1085707); “Da lógica na apreciação artística” (doc. no. 1086587); “Debate: o artista e a crítica” (doc. no. 1110951); “Lições do Congresso de Críticos” (doc. no. 1110410); “Paulistas e cariocas” (doc. no. 1085056); “Pintura brasileira e moda internacional” (doc. no. 1126469); y “Problemas da pintura brasileira” (doc. no. 1075171)].