El artista y arquitecto Nemesio Antúnez (1918–1993) escribió su texto para el catálogo de la III Bienal Americana de Grabado en Santiago con sede en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile (1968). La primera versión de este evento (1963) fue organizada por el propio Antúnez, quien entonces era el director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Participaron: el poeta Thiago de Mello (n. 1926), entonces Agregado Cultural de Brasil en Chile y el artista Carlos Ortúzar (1935–85), con quienes Antúnez formó el primer Comité Ejecutivo. Se reunieron grabadores de Costa Rica, Uruguay, Cuba, México, Canadá, Paraguay, Colombia, Bolivia, Guatemala, Argentina, Estados Unidos, Nicaragua y Chile. Los objetivos del evento reforzaban una instancia de encuentro y difusión para dialogar en torno al arte y la producción de grabado entre los distintos países americanos.
La relación de Antúnez con el grabado se remonta a su participación en el Atelier 17 dirigido por Stanley William Hayter (1901–1988), exponente de relevancia en esta técnica. De regreso a Chile en 1956 —y motivado por la experiencia vivida en Francia— fundó el Taller 99. Participaron en él artistas y representantes del grabado: Luz Donoso (1921–2008), Pedro Millar (1930–2014), Eduardo Vilches (n. 1932), Roser Bru (1923–2021), Dinora Doudtchitzky (1914–2004) y Jaime Cruz (n. 1934), entre otros. El taller se caracterizó como espacio de experimentación artística donde se propiciaron dinámicas de compañerismo y trabajo colectivo; cabe destacar que éste se vinculó a la enseñanza formal del arte; varios de sus artistas fueron parte del establecimiento, en 1958, de la Escuela de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El Taller 99 se trasladó a la Casa Central de esa institución hasta 1961 y finalmente a la sede destinada para la Escuela. Ésto le permitió generar un sello distintivo; mientras que pintura y escultura eran características de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, la gráfica del taller trazó un rasgo diferenciador para quienes se formaban en la Escuela de Arte [En torno al grabado, véase en el Archivo Digital ICAA “Carta sobre el grabado” (doc. no. 749419) de Antúnez; “El grabado contemporáneo” (doc. no. 773546) de Enrique Solanich; o bien “Memoria fracturada del grabado chileno” (doc. no. 767023) de Jaime Cruz].
Iniciativas en Chile tales como la Bienal Americana de Grabado, el Taller 99 o bien la importancia que cobra el grabado en la Escuela de Arte, revelan el valor fundamental de ese medio en el desarrollo del arte nacional. Otro asunto a considerar en torno a este medio es que el crítico de arte y curador Justo Pastor Mellado (n. 1949), en su libro Novela chilena del grabado (1995), propone una lectura historiográfica para el arte del país arraigada en el grabado. [Consultar al respecto “Un caso de producción de identidad artística” (doc. no. 736039); “La novela chilena del grabado” (doc. no. 736035); “Pequeña novela del grabado chileno” (doc. no. 736031); y “Las estructuras elementales de la transferencia” (doc. no. 736043)].