Juan Calzadilla inicia su texto crítico vinculando la crisis de la abstracción geométrica con la incursión dentro del informalismo de Omar Carreño. El autor reflexiona sobre el giro de Carreño hacia la gestualidad y la materia, tanto en lo pictórico como en lo escultórico, luego de una sólida trayectoria dentro de la corriente constructiva. Señala las principales características de este movimiento como opción contraria a desarrollos de la geometría-abstracta y el funcionalismo, bastante más cercana a los procesos del sentimiento y la experiencia. Calzadilla caracteriza la serie El Nereida como capítulo autónomo dentro de la obra de Carreño, vinculándolo a su vivencia personal marcada por un interés en el lenguaje expresivo propio de la pintura.

En 1965, el pintor y escultor venezolano Omar Carreño (1927?2013) presentó en el Museo de Bellas Artes de Caracas la exposición individual El Nereida, la cual reunía una serie de lienzos inscritos en el lenguaje abstracto del informalismo. Esta etapa constituyó un paréntesis en la trayectoria de Carreño, quien, desde 1950, había desarrollado una obra abstracto-geométrica; se proponía, además, trascender los medios y soportes tradicionales a través de la obra transformable (a partir de 1951) y los principios del “expansionismo”, movimiento del cual fue fundador (1967). Sin embargo, en el período 1960?63, el artista incursionó en el lenguaje informal para abordar una temática relacionada con el mar y con “El Nereida”, embarcación encallada en las costas de su niñez. El poeta, dibujante y crítico Juan Calzadilla (n. 1931) aporta en su presentación las claves para la comprensión del informalismo en un momento cuando se cuestiona la validez de las propuestas constructivistas. De igual modo, caracteriza al informalismo como si fuera “pintura confesional”, emotiva. Así, entra en sintonía y justifica el abordaje de Carreño para representar y evocar atmósferas relacionadas con sus años de juventud en la isla de Margarita. Tras exhibir El Nereida, Carreño retornaría a la geometría-abstracta, publicaría sus manifiestos expansionistas y, sólo a mediados de los ochenta, retomaría el tema marino en un segundo paréntesis y con la serie figurativa Si todos los barcos del mundo.

[Respecto a otros textos sobre la obra del artista, véase en el archivo digital ICAA las entrevistas de Alfredo Schael “Omar Carreño. Premio a la constancia, al genio y a la rectitud del proceder creador” (doc. no. 1157337); de Carlos Silva “Si todos los barcos del mundo…” (doc. no. 1157369); de Mara Comerlati “Omar Carreño, figurativo” (doc. no. 1157353); de Antonio Muiño, con el seudónimo de El Diablo Cojuelo, “El expansionismo. Último ‘ismo’ inventado en París por Omar Carreño, pintor abstracto” (doc. no. 1157320); de Carlos Maldonado Bourgoin “Vuelta sobre los pasos” (doc. no. 1157385); y el texto de Susana Benko “Omar Carreño. Coherencia de un pensamiento plástico” (doc. no. 1157304)].