La exposición individual Vuelta sobre los pasos del pintor y escultor venezolano Omar Carreño (1927?2013) fue organizada en 1994 en la Galería Durban, en Caracas. En tal oportunidad, Carreño retornaba a la abstracción geométrica, después de un breve paréntesis iniciado en 1985, cuando abordó la figuración a través de temas de marinas y veleros. Así, la brevedad del desarrollo figurativo (en un artista de tan amplia y sólida vocación geométrica) fundamenta la opinión del crítico Carlos Maldonado Bourgoin. A su juicio, la muestra Vuelta sobre los pasos no constituye un “retorno” a la abstracción, puesto que esta nunca ha sido abandonada por Carreño. El crítico analiza la noción de “investigación” aplicada a la trayectoria de este creador, la cual, además de haber sustentado una amplia exploración de las posibilidades de la obra abstracta y la obra transformable, constituye el principal motivo de este regreso a proyectos inacabados. De acuerdo con lo señalado por el propio Carreño, su “aceleración” creadora le hacía abandonar proyectos que aún no habían sido explotados del todo: en tal sentido, el artículo brinda un acercamiento a sus modos de crear y, también, al origen de esta propuesta en específico, que se remonta a un planteamiento inconcluso de los años cincuenta. De manera adicional, Maldonado Bourgoin aporta una lectura de carácter simbólico, asociando elementos atávicos a este gesto de recuperación de ideas pasadas; de hecho, una lectura poco usual en el ámbito de la abstracción. El discurso de cuestionamiento a las corrientes abstractas de los años ochenta ha sido desplazado por una preocupación mayor acerca de la responsabilidad del artista: el fracaso de los grandes proyectos y discursos parece haber sido asimilado, y regresando a su cauce normal, Carreño parece asumir que la postura crítica ante los problemas de la sociedad también es legítima, en caso de ser hecha desde su propio proyecto estético.