Carta abierta al entonces presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, suscrita por profesores, personal administrativo, alumnos y ex alumnos de la Escuela Nacional de Bellas Artes, a la que se adhieren artistas e intelectuales. Entre los autores de la presente carta se encuentran destacados artistas miembros del movimiento indigenista; entre ellos, Camilo Blas, Julia Codesido, Teresa Carvallo, Enrique Camino Brent, Alicia Bustamante, Celia Bustamante, Leonor Vinatea Cantuarias, Cota Carvallo de Núñez, Carmen Saco. Firman, además, artistas e intelectuales cercanos a las propuestas indigenistas como Miguel Baca Rossi, Carlos Bernasconi, Luisa Castañeda León, Luis Ccosi Salas, Pedro Rojas Ponce, Mario Urteaga, José María Arguedas, César Arróspide de la Flor, Antonino Espinosa Saldaña, José Eulogio Garrido, Mercedes Gallagher de Parks, Arturo Jiménez Borja, Elvira Luza, Manuel Moncloa, Estuardo Núñez, Clemente Palma, Carlos Raygada, Carlos Sánchez Málaga, Luis E. Valcárcel. Inclusive, firman artistas que posteriormente desarrollaron tendencias distintas del indigenismo, tanto Ricardo Grau como Víctor Humareda. El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de los veinte y los cuarenta. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888-1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870-1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883-1926], por mencionar uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932-43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista: Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905-68), Teresa Carvallo (1895-1988), Enrique Camino Brent (1909-60) y Camilo Blas (1903-85). Hacia mediados de la década de treinta se articuló una fuerte oposición contra esa tendencia —percibida como oficial y excluyente—, hasta la destitución, en 1943, de Sabogal de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Para los seguidores del indigenismo se trató de una disposición injusta, produciéndose un movimiento de adhesión al pintor expresado en cartas, notas periodísticas y eventos sociales. [Hay un buen número de textos sobre Sabogal, de los cuales destacamos los del propio: “Arquitectura peruana: la casona arequipeña (doc. no. 1173340); “La cúpula en América” (doc. no. 1125912); “Mariano Florez, artista burilador de "mates" peruanos, murió en Huancayo: José Sabogal su admirador y amigo, le rinde homenaje” (doc. no. 1136695); “Los mates burilados y las estampas del pintor criollo Pancho Fierro” (doc. no. 1173400); “Los 'mates' y el yaraví” (doc. no. 1126008); “La pintura mexicana moderna” (doc. no. 1051636); y “Sala de arte popular peruano en el Museo de la Cultura : selecciones de arte” (doc. no. 1173418)].