Este es el comentario de José Sabogal a propósito de la apertura de la sala permanente de Arte Popular Peruano en el Museo de la Cultura Peruana, publicado por iniciativa del Instituto de Arte Peruano que él dirigía (Lima, diciembre de 1948). Un aspecto desarrollado con especial interés por Sabogal y su grupo de seguidores es el estudio y revaloración de la plástica popular. Viajaron por todo el país, poniéndose en contacto con artífices nativos y mestizos, cuyos nombres y obras empezaron a circular en Lima, incorporando este arte a la oficialidad artística peruana. Sabogal, asimismo, define el arte popular como el paradigma del “verdadero arte peruano”, al tratarse de una producción plástica mestiza, producto de la mezcla de la creatividad indígena y la española. En su última etapa, Sabogal dedicará particular atención al concepto de “mestizaje” como elemento que define el arte nacional, a su juicio presente no sólo en la plástica popular sino en la arquitectura virreinal y en la obra del pintor del siglo XIX Pancho Fierro. En torno a este tema publicó textos como, entre otros, “La cúpula en América” (1939), “Arquitectura peruana. La casona arequipeña” (1940), “Los mates burilados y las estampas del pintor criollo Pancho Fierro” (1943), “Pintura mural y Arequipa arquitectónica” (1944) y “Mariano Florez, artista burilador de ‘mates’ peruanos, murió en Huancayo. José Sabogal su admirador y amigo, le rinde homenaje” (1932) [textos reproducidos para el presente proyecto]. Siendo director del Instituto de Arte Peruano del Museo de la Cultura Peruana (labor reanudada en 1946), Sabogal plantea, como puntos esenciales de trabajo, el registro de la arquitectura virreinal y tanto la recolección como el estudio de objetos de arte popular para la formación de un Museo de Artesanía y Artes Populares [véase: Sabogal, José. Instituto de Arte Peruano. Informe sobre sus actividades, ca. 1950. Archivo IAP, MNCP]. El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1940. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888–1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870–1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883–1926], por mencional uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932–43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista como Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905–68), Teresa Carvallo (1895–1988), Enrique Camino Brent (1909–60) y Camilo Blas (1903–85). [Hay un gran número de textos sobre el artista en el archivo digital ICAA, de los cuales destacamos los siguientes del propio Sabogal: “Arquitectura peruana: la casona arequipeña (doc. no. 1173340); “La cúpula en América” (doc. no. 1125912); “Mariano Florez, artista burilador de ‘mates’ peruanos, murió en Huancayo: José Sabogal su admirador y amigo, le rinde homenaje” (doc. no. 1136695); “Los mates burilados y las estampas del pintor criollo Pancho Fierro” (doc. no. 1173400); “Los ‘mates’ y el yaraví” (doc. no. 1126008); y “La pintura mexicana moderna” (doc. no. 1051636)].