En esta columna semanal, el crítico Luis Miró Quesada Garland discute los problemas de varios certámenes artísticos en el Perú, ya sea los de Fomento a la Cultura propiciados por el Estado o bien el Salón Anual de San Marcos.
En enero de 1955, el lienzo Pan de Alfredo Ruiz Rosas (1926–2002), obtuvo el Primer Premio del II Salón de Pintura Manuel Moncloa (Lima). [Véanse en el archivo digital ICAA, por Manuel Jesús Orbegozo, “Un “pan” común de todos los días, amasado por Alfredo Ruiz Rosas, ganó diez mil soles” (doc. no. 859785)]. El triunfo del principal representante del realismo social en el Perú, no careció de implicancias en un medio artístico polarizado por el debate en torno al arte abstracto. Los opositores de la no-figuración vieron en su obra el ejemplo de una pintura actual, aunque ligada a lo “real” y al gran público. Para un periodista vinculado al marxismo, Alejandro Romualdo Valle (1926–2008), su pintura constituía un “arte integral” que aunaba experimentalismo plástico y compromiso humano, alejándose así de la “especialización” esteticista abstracta. [véase en el archivo digital ICAA, “Ruiz Rosas y un arte integral”, por Alejandro Romualdo (doc. no. 1227027)]. Esta lectura motivó un amplio intercambio polémico con el crítico y arquitecto modernista Luis Miró Quesada Garland (1914–94), quien —siendo miembro del jurado del II Salón Moncloa— apoyó el premio otorgado por valores estrictamente plásticos [“En blanca y negra… (16 de enero de 1955)”, por Garland (doc. no. 859805)] El resultado es una de las controversias públicas más reveladoras de las tensiones intelectuales y políticas desatadas por la irrupción de la no-figuración en el arte del Perú [véanse los artículos: de Garland, “Sobre un arte integral” (doc. no. 859917) y “Sobre un arte integral” (doc. no. 1227195); de Alejandro Romualdo, “Sobre un arte integral (respuesta al arquitecto Luis Miró Quesada G.)” (doc. no. 1227139) y “Sobre un arte integral: punto final” (doc. no. 1227176)]. Tal intercambio de opiniones opuestas puede cotejarse con el que (casi un año después) se produjo al premiarse, en la tercera edición del mismo certamen, una obra abstracta de Fernando de Szyszlo (n. 1925) [véanse los artículos: de Sebastián Salazar Bondy, “Artes Plásticas” (doc. no. 859662); de Garland, “En blanca y negra” (doc. no. 859754), y “En blanca y negra…” (doc. no. 1137283); de Szyszlo, “Cartas al Director” (doc. no. 1227064); por Alejandro Romualdo, “Cuidado con la pintura: el arte por el arte abstracto —comentario al premio ‘Manuel Moncloa y Ordóñez’” (doc. no. 1227101); de Manuel Jesús Orbegozo, “Entrevista concreta a un pintor abstracto” (doc. no. 1227120); “La pintura abstracta: proceso de subjetivación —Szyszlo trata de explicar lo que pocos entienden” (sin autor) (doc. no. 1227046); y por Juan Manuel Ugarte Eléspuru, “12 meses de artes plásticas en Lima” (doc. no. 1137301)].