Esta columna dominical “En blanca y negra” del crítico Luis Miró Quesada Garland resume una selección de fragmentos de sus textos críticos publicados durante el año 1954 en el diario El Comercio (Lima, 1 de enero de 1955).
Si bien las polémica declaraciones vertidas en mayo de 1951 por Fernando de Szyszlo (n. 1925) iniciaron el debate sobre el arte abstracto en el medio artístico local [véanse en el archivo digital ICAA, el artículo “Dice Fernando Syszlo que no hay pintores en el Perú ni América : el joven pintor peruano declara sentir su pintura y la de los demás pero no puede explicarla” (sin autor) (doc. no. 1137793)], esta discusión se desarrolló en toda su amplitud sólo tres años después. Ello fue consecuencia de la inusitada actividad artística del año 1954, cuyo eje principal fue el ambicioso ciclo de exposiciones programado por la Galería de Lima, operó como el principal centro animador de la polémica a través de sus exhibiciones: el pintor chileno Roberto Matta (abril), pintores italianos contemporáneos (mayo), pintores surrealistas (julio) y el francés Jean Dewasne (octubre). A ello se sumó la exposición de arte mexicano —realizada por el diario La Crónica (mayo)—, la cual confrontó al público de la capital peruana con la plástica de aquel país, paradigma de un “arte nacional” para un amplio sector de la crítica. Todos estos acontecimientos representaban una cercanía efectiva con las tendencias de vanguardia, agudizando la necesidad de plantear los términos en los que debía insertarse el país andino en la modernidad artística.
Juan Manuel Ugarte Eléspuru (1911–2004), entonces el profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima, realizó un breve pero pormenorizado recuento de la actividad artística en Lima durante el año de 1954. Destacó el desarrollo ininterrumpido del debate, constantemente renovado por el ritmo de las diversas muestras [ver Juan Manuel Ugarte Eléspuru, “12 meses de artes plásticas en Lima” (doc. no. 1137301)]. Su postura crítica frente a la abstracción —a la que consideraba de índole decorativa— contrastaba con la del arquitecto y crítico Luis Miró Quesada Garland (1914–94), el principal defensor y teórico de esa nueva tendencia. Su columna semanal, reproducida aquí, ensaya un resumen de su labor crítica en ese año crucial. Poco más de un lustro después, el propio Ugarte Eléspuru ya había transformado sus iniciales reticencias frente al arte abstracto en una abierta militancia estética hacia el informalismo.