Grande ha debido ser la sorpresa de Los Disidentes al encontrar que compañeros de su propia generación (participantes en la rebelión de 1945 en contra de la Escuela de Artes Plásticas de Caracas) ahora les hacían frente y desvalorizaban sus propósitos artísticos. Los jóvenes artistas que se habían quedado en Venezuela no habían permanecido estáticos sino que libraban sus propias batallas por la transformación. La Barraca de Mari-Pérez (1947) se orientaba hacia el realismo social y el estudio de la figura humana encajada en el paisaje local. Algunos de sus integrantes habían viajado a México (meta de esta tendencia), constituyéndose en el objetivo de la creación de su grupo. De alguna manera, sintieron que sus luchas resultaban empequeñecidas por la irrupción de Los Disidentes en el ámbito cultural venezolano; añádase la contundencia de un discurso que parecía emprender la titánica labor de transformar el lenguaje plástico añejo de la tradición venezolana. Tal es el meollo del ataque de La Barraca de Mari-Pérez a Los Disidentes y esta repuesta representa una justificación de “la misión” pictórica asumida por Los Disidentes.
El artículo “Alrededor de la historia de ‘Los Disidentes’: respuesta a ‘Historia de una mítica disidencia’ publicada por La Barraca de Mari-Pérez…” apareció en el diario El Nacional, el 3 de agosto de 1950, en respuesta al escrito por los miembros de La Barraca de Mari-Pérez “Historia de una mítica disidencia” [doc. no. 850533], publicado en el diario Últimas Noticias, Caracas, el 9 de julio de 1950. Posteriormente, fue reproducido en la revista Los Disidentes, núm. 5 y le fue añadida una nota que lo amplía, firmada por Erminy, Guevara y Debourg.
Los Disidentes fue un grupo creado en París en 1950 por artistas y escritores venezolanos que vivieron en esa ciudad entre 1945 y 1952. Desde la capital francesa se proponen luchar en contra de la educación oficial impartida en la Escuela de Artes Plásticas de Caracas, cuyas fuentes provenían del paisajismo y nativismo, específicamente. Haciendo honor a su nombre, Los Disidentes procuraban alcanzar la renovación del arte tradicional y académico mediante la asimilación de los valores de la abstracción europea. Entre sus pintores figuraban Alejandro Otero (1921–90), Mateo Manaure, Pascual Navarro, Luis Guevara Moreno, Carlos González Bogen, Narciso Debourg, Perán Erminy, Rubén Núñez, Dora Hersen y Aimée Battistini, además del entonces estudiante de filosofía J. R. Guillent Pérez. A ellos se les sumaron, posteriormente, otros artistas nacionales como Armando Barrios, Miguel Arroyo, Oswaldo Vigas, Omar Carreño, Alirio Oramas y Régulo Pérez. Publicaron una revista con el propio nombre del grupo, Los Disidentes, la cual alcanzó a publicar cinco números, siendo su principal órgano de divulgación.
Véase, en referencia a otros textos sobre el grupo, de Alejandro Otero “Del arte abstracto” [doc. no. 813611], “Las ‘placas al mérito’ y la juventud” [doc. no 813429] y “Mateo Manaure en la pintura: un joven pintor venezolano, en viaje hacia París” [doc. no. 813639]; de Carlos González Bogen “La escuela ‘de los paisajistas’ de Caracas” [doc. no. 813695] y “‘De nuevo’ Los Disidentes” [doc. no. 813667]; de Mateo Manaure “Carlos González Bogen: pintor” [doc. no. 813583]; de Narciso Debourg “En torno a la pintura de hoy” [doc. no. 813597]; y de J. R. Guillent Pérez tanto “Lo latinoamericano y lo occidental [Parte I]” [doc. no. 813723] como “Lo latinoamericano y lo occidental (Continuación)” [doc. no. 813478].