En 1965, el pintor José Balmes (1927–2016) publicó su “Confesión artística” en los Anales de la Universidad de Chile. Institución a la que se vinculó desde su ingreso como estudiante en 1944, donde fue alumno de los pintores Camilo Mori (1896–1973) y Pablo Burchard (1875–1964). Al año siguiente de terminar su formación pictórica, comenzó a trabajar como profesor de la Escuela de Bellas Artes, además de ocupar los cargos de Director de la Carrera de Artes Plásticas y de Decano de la Facultad de Artes, el que ejerció solo durante un año debido al Golpe Militar de 1973. A causa de este hecho histórico fue exiliado del país (su segundo exilio), debido a su militancia en el Partido Comunista y su compromiso con el Gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende (1908–73). [Sobre su faceta como profesor, consúltese en el Archivo Digital ICAA “El maestro de los jóvenes” (doc. no. 751500) de Patricio de la O; y sobre los pintores de su formación, véase “Confesión artística” (doc. no. 748526) de Mori y “Los biografemas de Pablo Burchard: elucidación y demarcación pictórica” (doc. no. 773704) de Francisco González Vera].
En 1952, Balmes contrajo matrimonio con Gracia Barrios (1927–2020); este dato es relevante puesto que gran parte de su exploración formal la realizaron en conjunto, aunque cada uno propuso su propio lenguaje plástico. Entre el 1954 y 1956 viajaron por Europa y regresaron a Chile con una perspectiva crítica respecto de la situación del arte, ya que consideraban que éste vivía un atraso en relación con lo que habían visto y aprendido. Junto con los artistas Eduardo Martínez Bonati (n. 1930) y Alberto Pérez (1926–1999) , fundaron el Grupo Signo, el cual reaccionaba críticamente frente a la tradición pictórica (no solo local) con un ímpetu nacido en la convulsión política de los sesenta. [En referencia a Signo, véase “Presencia del Signo” (doc. 751514) de Pérez, uno de sus integrantes].
En “Confesión artística” hay impresiones tempranas en torno al trabajo pictórico que a seguir profundizará. Desde una perspectiva formal, en su pintura comenzaron a predominar tanto la gestualidad como la mancha. En el texto, Balmes se refiere a su serie Santo Domingo (1964–65), involucrada en la intervención armada norteamericana en la República Dominicana. En esta línea de “testimonio”, según la denominó, realizó otras series de gran formato: Vietnam (1966–68), Ché Guevara (1968–69) y No al Fascismo (1971–73). En el exilio parisino, sus pinturas continuaron ilustrando su resistencia política; de este período son Represión (1974–76) y las pinturas Lonquén (1979) y Homenaje de André Jarlan (1987), entre otras. [En torno a su obra, consúltese, además, “Balmes: dos tierras” (doc. no. 735080) de Gaspar Galaz y en relación al desarrollo del arte nacional: “La novela chilena del grabado” (doc. no. 736035) de Justo Pastor Mellado].