La prominente figura literaria Ida Gramcko escribe para El Nacional sobre la obra de la pintora abstracta Mercedes Pardo. En su texto, el papel ejercido por los creadores artísticos es debidamente tomado en consideración: individualidades y tendencias en momentos históricos específicos en los cuales compartir ideas y estilos pasa a ser una prioridad. Se presenta a Pardo como artista cuya finalidad implica alejar su obra de cualquier “conciencia histórica”, con ello llevando a la autora a discutir lo que significaba “conciencia histórica” en aquella Venezuela de los años cincuenta. Tanto transición como investigación se tornan elementos clave en el meollo de dicho concepto, según Gramcko. Su escritura ahonda bastante en “esperanza cinética”, esperanza lírico-abstracta” y “esperanza neofigurativa” como ejemplos oportunos de una búsqueda compartida de la sensibilidad. Pardo ejemplifica, a su juicio, una artista que ha protegido tanto su individualidad como su subjetividad al usar el pincel como escalpelo, así, como si la pintura fuera una “cirujía emocional”.

Ida Gramcko (1924-1994), notable ejemplo de literatura y periodismo venezolano, discute la obra de Mercedes Pardo (1921-2005), una de los pioneros de la abstracción en su país y, de paso, su amiga. La autora ha colaborado a lo escrito sobre Pardo durante diferentes períodos de su práctica artística; esta vez, se centra en la muestra Obras recientes de Mercedes Pardo, expuesta (entre el 6 y el 20 de diciembre de 1970) en la Fundación Eugenio Mendoza. La Fundación Mendoza se convirtió en una sólida institución que operó como punto de confluencia de muestras y de debate cultural en Caracas desde sus inicios en 1956. La Sala Mendoza ya había expuesto la obra de Pardo en 1964, por medio de su serie Signes (variaciones de los signos zodiacales creados en impresiones de tinta de objetos cotidianos del hogar y publicado en doce volúmenes).

Gramcko reflexiona sobre la colectividad y la individualidad en el arte. Presenta obras de arte helénico y gótico como ejemplos de cómo los artistas (que siguieron estilos específicos) lucharon por preservar su individualidad. En su opinión, la colectividad se forma con individualidades, de forma tal que la preservación de la individualidad es de importancia capital para “los creadores”.
Se dice que Pardo ha tratado de huirle a la “conciencia histórica” de su época (la Venezuela de 1970) procurando preservar un rasgo profundamente interiorizado en su obra. La autora da ejemplos de contemporaneidad como siendo un marco temporal conflictivo y transitorio que carece de un conjunto fijo de características. Más aún, Gramcko encuentra que la “esperanza” representa el hilo conductor de las expresiones de la cultura nacional y menciona —como si fueran medios— los aspectos “cinéticos”, “lírico-abstracto” y “neofigurativo” de esa esperanza artística, los cuales se convierten en buenos ejemplos de contemporaneidad. Asocia el pincel de Pardo con el bisturí cirúrgico que “perfora la experiencia emocional” y es ahí donde subyace la individualidad artística. Mientras la mayor parte de lo escrito sobre Pardo se focaliza en torno al cromatismo, el de Gramcko es un enfoque poco común sobre sus propósitos artísticos; de ese modo, la autora no se compenetra en ninguna obra ni ningún elemento formal específico. El foco, aquí, es tratar de entender la filosofía que anima el arte de Pardo.  

Gramcko contribuye a lo escrito sobre Pardo al enfatizar la naturaleza transcendental de su obra, también en otros textos.  Consultar en el Archivo Digital ICAA: Ida Gramcko, “Premio Armando Reverón” (doc. no. 1331139); y “Un álbum (doc. no. 1325250). Para mayores detalles sobre su obra mostrada en la retrospectiva de 1991, Moradas del Color, ver: Gloria Carnevali, “El Espacio en la pintura de Mercedes Pardo” (doc. no. 1102285); y María Fernanda Palacios, “Pintura y vida” (doc. no. 1102253).