En este ensayo poético, incluido en el catálogo de bolsillo producido para el Prêmio Leirner de Arte Contemporânea de 1960, Décio Pignatari hurga en el concepto “vanguardia” e ideas afines. En vez de trazar un desarrollo discursivo y lineal, discute el término en función de una constelación de épocas, individuos, grupos y sociedades que atisbaron un sentido concreto de “vanguardia”, aunque fuera continuamente reinventado. Al reivindicar que fue el grupo de arte concreto de São Paulo el que funge como punto vertebral en la pintura brasileña, se preocupa en señalar cómo una complejísima dinámica como esa en el grupo fue perdiendo coherencia, generando una entropía que, en fin de cuentas, debilitó dicha definición. Por lo tanto, si la noción de “grupo de vanguardia” es algo inestable, entonces esa idea vuelve a surgir en otro lugar. Pignatari indica que los artistas de Campinas son las nuevas nacientes de ese tipo de actividad: “Raúl Porto y Thomaz Perina,”, según escribe, “representan la idea de vanguardia”. Con su lenguaje poético refleja las tensiones dialécticas que caracterizan la obra de Porto: todo/nada, positivo/negativo, luz/penumbra, figura/fondo, blanco/negro, simetría/asimetría, así como también “ambiente especial.”

El poeta concretista y semiólogo Décio Pignatari (1927–2012) fue amigo cercano de Raúl Porto (see doc. no. 1233093). En 1952, colaboró en la fundación de la revista Noigandres antes de radicarse en Europa algunos años. A su regreso, aunado al grupo Noigandres, dio inicio al movimiento de la poesía concreta durante la Exposição Nacional de Arte Concreta de 1956 en el MAM-SP (Museu de Arte Moderna de São Paulo). En 1965, contribuye con la Teoria da Poesia Concreta. Las investigaciones de Pignatari tanto con teoría como con semiótica se hacen evidentes en este ensayo, incluido en la publicación del Prêmio Leirner de Arte Contemporânea de 1960 junto con otros textos de Oswaldo de Andrade Filho (1914–72), Waldemar Cordeiro (1925–73) y Wolfgang Pfeiffer (1912–2003). El documento incluye una breve cronología del bagaje del artista y la lista de obras expuestas.

Esta muestra generó un estímulo alternativo a la Bienal de São Paulo y, de un modo u otro, Leirner fundó el espacio asignado a esa causa conocido como Galeria de Arte das Folhas. Dicho espacio no solo albergaba exposiciones sino, también, debates y conferencias que promovían una vasta gama de tendencias. La Galeria de Arte das Folhas se estableció en 1958 a través de Isaí Leirner (1903–1962), uno de los directores del Museu de Arte Moderna de São Paulo contando con apoyo del Grupo Folha, responsable, entre otros oficios, del diario Folha de São Paulo. La idea que respaldó la creación de la galería nace de un desacuerdo durante la IV Bienal Internacional de São Paulo celebrada en 1957. Flávio de Carvalho (1899–1973), un excéntrico, poète maudit y conflictivo artista desde los años treinta que había sido excluido de la bienal, denunció prejuicios por parte del comité organizador al mostrar favoritismo hacia el arte concreto y descartando, así, cualquier especie de figuración artística. Debido al incidente, Isaí Leirner tuvo a bien la organización de la muestra 12 Artistas de São Paulo, en el lobby de las instalaciones del diario en la Alameda Barão de Limeira—anexo al paseo público del barrio histórico Campos Elísios. Es más, implicaba la apertura de un espacio dedicado a las artes visuales y que se colocaba en abierta oposición a los reglamentos bienales. Irónicamente, la exposición referida en la nota —y organizada al año de la apertura de la galería— se centró en el “arte concreto”. Esto es, otro descalabro para el Sr. Carvalho. La Galeria operó sus actividades entre 1958 y 1962, el año que el principal promotor del espacio expositivo, Isaí Leirner fallece. En sus cuatro años de actividades, la galería mostró a varios artistas emergentes: Franz Weissmann, Regina Silveira, Maria Helena Andrés, Mário Silésio, Di Cavalcanti, Willys de Castro y Hermelindo Fiaminghi, entre ellos. En lo referente al catálogo completo, consultar el Archivo Digital ICAA “Prêmio Leirner de Arte Contemporânea, 1960” (doc. no. 1232976)].

Otro de los escogidos para el Prêmio Leirner en 1960 fue Raúl Porto, quien mostró un interés muy temprano tanto en la pintura como en el diseño gráfico. Su obra formó parte de la Primeira exposição de arte contemporânea de Campinas en 1957. Un año después se unía al Grupo Vanguarda del cual fungió de “vocero” y, con el paso del tiempo, logró cierta notoriedad; entre 1959 y 1972, Porto participó de varias bienales paulistanas: V, VII, VIII y IX. En referencia a la crítica de Pignatari sobre Porto (consultar doc. 1233071">1233071). Pese a que el Prêmio Leirner se estipuló en reconocimiento de la obra de artistas figurativos que fueron puestos de lado por la bienal, el involucramiento de Pignatari y la inclusión de Raúl Porto en la muestra sugiere un reconocimiento de obras concretistas, también. Bajo una tónica semejante al Manifesto ruptura (ver doc. no. 771349), el Grupo Vanguarda consideraba que el arte del pasado corría riesgo de caducar y que la renovación artística debía ser constante y progresiva. El Grupo Vanguarda llegó a montar más de una veintena de exhibiciones entre 1957 y 1966.

[Como lectura complementaria, ver “Pignatari: Vanguarda e Raúl Porto” (doc. no. 1233071">1233071) y “A arte concreta brasileira” (doc. no. 1110350) ambas de Décio Pignatari.]