En este ensayo, Raúl Roa García hace un análisis de la poesía de José Martí, particularmente de sus “Versos sencillos”, para destacar su carácter novedoso y modernista. En primer lugar, observa que Martí no puede ubicarse dentro de ninguna “escuela lírica” o “tendencia literaria” de su época. Aunque se conoce que leía a Baudelaire y a Verlaine, entre otros, supo desarrollar un estilo propio determinado por el hecho de que su “cerebración robusta estaba en pugna con la ideología brumosa, casi se diría enfermiza, que distingue al simbolismo francés de su proyección americana, el modernismo”. Para Martí, asegura el autor, el arte y la vida eran inseparables, lo cual hace que en su obra se solapen las distintas facetas de su vida. Roa advierte que el elemento holístico de su obra lo diferencia de sus predecesores y, sobre todo, de sus contemporáneos. Las ansias de libertad, tanto artística como en el pensamiento político, transitan el interior de los temas que abarca su obra. Es por ello que su poesía está cargada de una gran honestidad y un estilo directo y sencillo. Roa explica que la sencillez en la poética de Martí —a lo largo de su obra pero especialmente en sus “Versos sencillos”— hace de la estética una ética, y viceversa. Esa infalible unión caracteriza a Martí como un verdadero modernista, que no se ajusta a las tendencias vanguardistas de su época, a pesar de que no abandona “todos los ingredientes que se emplean en el laboratorio gigantesco de la poesía nueva”. Para entender lo moderno en la obra de Martí, propone Roa, hay que acercarse a lo que es particular en ella: “la sencillez en la forma”. Esto, según Roa, hace a su obra radical: una ética y una política liberadora universal.