El ensayo de Vicente Basso Maglio está destinado al catálogo de la exposición Rafael Barradas organizada por la Comisión Nacional del Centenario en Montevideo (1930), un año después de fallecido el artista uruguayo. El escritor lo destaca como ejemplo humano de humildad, pureza y profundidad vinculando su pintura mística con la sabiduría de los artistas llamados primitivos. De alguna manera, este texto representa la visión en torno a Barradas que se había generalizado entre los intelectuales de los años veinte en Uruguay: un artista bohemio, humilde y castigado por la vida en primer plano, dejando su obra en un segundo plano de apreciación.

El ensayo del poeta y crítico Vicente Basso Maglio (1899–1961) inicia el catálogo de la exposición de Rafael Barradas (1890–1929) organizada por la Comisión Nacional del Centenario en el Salón del Ateneo (Montevideo, del 4 al 20 de octubre de 1930). La muestra puede ser vista e interpretada como reconocimiento tardío del Uruguay ante uno de sus creadores considerados más hondos y renovadores. Como otros críticos de su generación cuya producción significativa se desarrolla en el país, entre los años veinte y cuarenta —tales son los casos de Eduardo Dieste (1881–1954), Cipriano S. Vitureira (1907–77), Julio J. Casal (1889–1954) entre otros—, Basso Maglio mantiene una prosa de fuertes raíces literarias, ponderando la personalidad y la obra de Barradas por su larga y prolífica actuación de catorce años en España (1914−28). El catálogo consta de tres artículos de los que solo éste aparece escrito por un uruguayo, los restantes teniendo dos a intelectuales españoles como autores. [Véase en el archivo digital ICAA: “Barradas” de Manuel Abril (doc. no. 1243461); “Barradas pintor de eternidad” de Artur Perucho (doc. no. 1243392)]. Basso Maglio sintetiza las opiniones que caracterizan y resaltan la actitud artística de Barradas como “proceso de involucramiento totalizador”, anotadas por él y otros pensadores locales vinculándolo a cierta sensibilidad tendiente a la empatía social de sus motivos y al carácter atemporal. [Consultar: “Consideraciones sobre la expresión heroica” de Juvenal Ortiz Saralegui (doc. no. 1225615); “De la Tragedia de la Imagen [Barradas]” de Vicente Basso Maglio (doc. no. 1225969); y “Emoción ante Barradas” de Cirpriano Santiago Vitureira (doc. no. 1218884)] El crítico utiliza sus habituales recursos de paralelismos en oposición; artistas que tienden al olvido fácil, de sufrimiento falso, frente a ejemplos (como Barradas) que optan por el olvido difícil, heroico, de sufrimiento verdadero. En este sentido, el pintor es definido como primitivo, por su libertad, ritmo y los nexos musicales de su poética pictórica; en especial de su obra mística.