Conocido por sus aportaciones críticas en publicaciones como Alfar (primera etapa, La Coruña; segunda etapa Montevideo) y La Pluma (Montevideo), el crítico José María Podestá se proyecta a través de sus artículos de artes plásticas, literatura y, en especial de su tarea pionera en la crítica cinematográfica de Uruguay. El presente ensayo se centra en la obra pictórica de Pedro Figari (1861–1938) desplegada en tratamientos técnicos más o menos intuitivos, los cuales suponían “desaprender caminos” tradicionales trillados y valorados por el conservadurismo del gusto local capitalino. Para Podestá, las convicciones de Figari lo llevaron a buscar aproximaciones al mundo americano; no obstante, sus posibles coincidencias con la sensibilidad europea (volcada a espacios exóticos y lejanos) no son argumentos válidos para abordar el “americanismo” de Figari. En su obra confluyen elementos formales, sensibles y temáticos que bordean la imagen de un universo pretérito (primordial y no contaminado), asunto que atrajo al gusto europeo: la boga del arte negro, la frivolidad bulevardera de París, la moda del argentinismo.
Podestá reflexiona sobre aspectos culturales intrínsecos a esta obra como el de legitimación local que crece en la medida que Europa sanciona el valor de la pintura figariana. Sus motivos, de inspiración americanista, —de folklore rioplatense incluso— carecen de documentación precisa y resignifican tiempos viejos. Entre ellos se distinguen costumbres de afro-descendientes, su servidumbre y festividades (candombes y murgas) tratados con humor agrio y violento; la “mazorca” de Juan Manuel de Rosas en Argentina; el mundo de estancias y la pampa, los salones coloniales, entre otras cuestiones. Podestá no ve necesario vincular a Figari con antecedentes de corrientes europeas, así como tampoco distingue ejemplos de haber descendencia en su obra. Lo observa como un “pensador-artista” que sin haber vivido al margen del arte llegó a pintar a edad avanzada ideas maceradas (durante años de acción pública) desde un imaginario propio. Para el autor es significativo el triunfo del artista en Europa; por tanto, su artículo denuncia el demorado reconocimiento en Uruguay, marcando, según observa, la supremacía del gusto europeo que, por lo general, rebota y legitima creaciones locales.
[Como lectura complementaria, véase en el archivo digital ICAA los textos de Pedro Figari: “Las exposiciones Cuneo y Michelena [Un juicio de Pedro Figari]” (doc. no. 1233819); “Industrialización de la América Latina, Autonomía y Regionalismo: Carta abierta dirigida por el Dr. Pedro Figari al Excmo. Señor Presidente de la República Oriental del Uruguay” (doc. no. 1181222); “Un poco de crítica regional” (doc. no. 1258164); “América Autónoma: no basta instruir, hay que enseñar a trabajar” (doc. no. 795325); “Arte, técnica, crítica. Conferencia bajo el patrocinio de la Asociación Politécnica del Uruguay” (doc. no. 1263840); “Autonomía Regional” (doc. no. 1254337); “Una carta de Pedro Figari” (doc. no. 1197040)].