Tanto el grabador Carlos Fossatti (1928–80) como su esposa, la grabadora Leonilda González (1923–2017), fueron figuras muy representativas del CGM en los años sesenta, ya que constituyeron la “vanguardia” interna de la institución, tanto en lo político-programático como en lo estético y pedagógico. Desde la fundación del CGM (1953) hasta 1970 se forja una estética vinculada a una política. Hay un constante intento de derribar las barreras sociales del arte e identificar a la comunidad dispuesta para los grandes cambios estructurales de la sociedad, con imágenes que se ceñían a modelos iconográficos elaborados por aquellos grabadores que compartían esa utopía colectiva. Fossatti expone conceptos que tienden a definir las necesidades básicas de la actividad plástica del momento.
En primer lugar, plantea dos tipos de público a los que va dirigida la obra de arte: por un lado, uno especializado y, por otro, uno más amplio, universal, que abarca casi todas las capas sociales, enfrentando de esta manera la comunicación a la especialización. En segundo lugar, enfatiza la diferencia entre la función del grabador y la del socio del CGM. Mientras este último es un apoyo solidario de la institución y receptor de su producción gráfica, el artista grabador es un gestor que procura hacer ingresar esa producción en circuitos de mercado y de divulgación cada vez más amplios y diversos: teatros, asociaciones y centros de enseñanza, ferias de arte y artesanías, etcétera. Todas estas circunstancias, afirma Fossatti, son partes complementarias de una realidad mayor que se sintetiza en tres caracteres indispensables del arte del grabado: la especialización, el intercambio y la comunicación. Reafirma la idea de consolidar el campo cultural sobre la base de agrupaciones sostenidas por la voluntad colectiva —como el caso del CGM— ya que sus fines últimos son inseparables del deseo de modificar las conductas y promover los cambios sociales planteados en ese momento como aspiración de una alianza policlasista en proceso de maduración histórica.
[Como lectura complementaria, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos publicados por el Club de Grabado de Montevideo: “Concurso de grabado para edición” (doc. no. 863481); “13 años de actividad de Club de Grabado de Montevideo” (doc. no. 1183571); “El arte correo en el Uruguay” (doc. no. 1191850); “Boletín N° 7 Club de Grabado de Montevideo” (doc. no. 1182833); “Club de Grabado compra su casa” (doc. no. 1192649); “Club de Grabado de Montevideo 22 Aniversario 1953 - Agosto 1975” (doc. no. 1183514); “Club de Grabado de Montevideo a la población de Montevideo” (doc. no. 1183124); “Cuando el Tercer Mundo se mira a sí mismo. II Bienal de La Habana” (doc. no. 1184459); “De los grabados de ayer a las ediciones actuales” (doc. no. 1191787); “Definiciones / Uno” (doc. no. 1189065); “Entrevista a Luis Mazzey” (doc. no. 1186991); “Entrevista a Óscar Ferrando” (doc. no. 1186747); “Entrevista a Óscar Ferrando [segunda parte]” (doc. no. 1186802); “Fundamentos a propósito de su 22 aniversario” (doc. no. 1182640); “Mini Grabado Internacional de Cadaqués. España” (doc. no. 1191135); “La necesidad de la imaginación” (doc. no. 1190793); “Nuestra institución” (doc. no. 1182010); “Los nuevos movimientos de las artes” (doc. no. 1182868); “Opiniones (I)” (doc. no. 1185411); “Palabras de clausura para un año de apertura” (doc. no. 1191167); “Referencias sobre identidad, cultura y arte en Latinoamérica” (doc. no. 1183641); “Reflexiones en torno a la supuesta crisis de las artes plásticas” (doc. no. 1185539); y “Sobre el papel de la crítica” (doc. no. 1187071)].