El presente documento reviste especial interés por la confrontación entre realidades diferentes, ostensiblemente, referentes a las prácticas artísticas tanto en Uruguay como en los Estados Unidos a principios de la década de los ochenta. La segunda parte de la entrevista bosqueja esos cotejos [consulte en el archivo digital ICAA “Entrevista a Óscar Ferrando [segunda parte]” (doc. no. 1186802)]. Óscar Ferrando (n. 1943) responde al entrevistador de modo entusiasta: menciona muchos nombres de instituciones museológicas, escuelas de arte, contactos con artistas y su descubrimiento de nuevas técnicas empleadas en el medio gráfico. Para un artista introvertido en su taller montevideano en tiempos de dictadura, significó una apertura total el haber podido visitar museos en los que pudo encontrar desde un reservatorio artístico mundial —del antiguo Egipto al arte de los primitivos italianos del Trecento— hasta una particular detención en expresiones artísticas contemporáneas como las de Henry Moore (1898–1986), Sonia Delaunay (1885–1979), Joan Miró (1893–1993) y Alexander Calder (1898–1976), entre otros. En esa cuantificación valorativa se incluyen opiniones sobre escuelas de arte en los Estados Unidos como dotadas de “equipamientos extraordinarios” y con “miles de alumnos”. Tales son algunas expresiones suyas donde subyacen las exiguas posibilidades que Ferrando reiteradamente declara en boletines publicados por el CGM, desde carencias que oscilan entre los preocupantes asuntos financieros hasta las manifestaciones en torno a la emergencia de nuevas técnicas artísticas. En términos más amplios, sus impresiones sugieren otros paralelismos que tácitamente eran el trasfondo de una sociedad retraída, censurada y autocensurada. Son nuevas redefiniciones generales de finales de la dictadura. Es significativo mencionar que pocos meses antes del viaje de Ferrando (en noviembre de 1980), hubo en Uruguay un plebiscito para cambiar la Constitución de la República pautado desde el gobierno y de resultado negativo para este; el pueblo uruguayo optó, mayoritariamente, por acabar, después de doce años, con la perpetuación política de la dictadura militar. [Como lectura complementaria, véanse en el archivo los siguientes textos publicados por el Club de Grabado de Montevideo: “Concurso de grabado para edición” (doc. no. 863481); “13 años de actividad de Club de Grabado de Montevideo” (doc. no. 1183571); “El arte correo en el Uruguay” (doc. no. 1191850); “Boletín N° 7 Club de Grabado de Montevideo” (doc. no. 1182833); “Club de Grabado compra su casa” (doc. no. 1192649); “Club de Grabado de Montevideo 22 Aniversario 1953 - Agosto 1975” (doc. no. 1183514); “Club de Grabado de Montevideo a la población de Montevideo” (doc. no. 1183124); “Cuando el Tercer Mundo se mira a sí mismo. II Bienal de La Habana” (doc. no. 1184459); “De los grabados de ayer a las ediciones actuales” (doc. no. 1191787); “Definiciones / Uno” (doc. no. 1189065); “Entrevista a Luis Mazzey” (doc. no. 1186991); “Fundamentos a propósito de su 22 aniversario” (doc. no. 1182640); “Mini Grabado Internacional de Cadaqués. España” (doc. no. 1191135); “La necesidad de la imaginación” (doc. no. 1190793); “Nuestra institución” (doc. no. 1182010); “Los nuevos movimientos de las artes” (doc. no. 1182868); “Opiniones (I)” (doc. no. 1185411); “Palabras de clausura para un año de apertura” (doc. no. 1191167); “Referencias sobre identidad, cultura y arte en Latinoamérica” (doc. no. 1183641); “Reflexiones en torno a la supuesta crisis de las artes plásticas” (doc. no. 1185539); y “Sobre el papel de la crítica” (doc. no. 1187071)].