Este ensayo crítico de Roberto Guevara (1932–98) trata sobre la obra de la escultora venezolano-norteamericana, nacida en París, Marisol [Escobar] (n. 1930). La principal virtud es dar especial preponderancia a la faceta de representación iconográfica de la obra de Marisol, a su juicio, el aspecto medular de su creación artística y gran aporte de Marisol al arte contemporáneo. Viene a llenar un vacío presente durante muchos años en el arte latinoamericano, tras haber sido, en siglos anteriores, el tema predominante de las composiciones. La artista trata la iconografía de modo anti convencional e irreverente, dotándola de un significado mucho más profundo que el meramente representativo, incluyendo crítica a la sociedad y demás implicaciones sociológicas y psicológicas. Una de las quejas manifestadas por Guevara, en este ensayo, se refiere a que, para 1984, aún no se hubiera realizado (en Venezuela) una muestra antológica de su obra, siendo una artista consagrada mundialmente. El tema de la patria y “verdadera” nacionalidad de Marisol siempre ha sido controversial; esto no impide a Guevara levantar el clamor de que, de una vez por todas, se haga una exposición retrospectiva en la que él considera como su patria. Curiosamente, dicha muestra sólo se llevó a cabo en 1995, pero en Japón; motivo por el cual Guevara nunca vio cumplido su anhelo.
Hay otro escrito del crítico y curador Roberto Guevara sobre la célebre artista de los sesenta, “Con Marisol y a veces sin ella. Crónica de una no entrevista” [doc. no. 1163318]. Más aun, consulte el texto de Margarita D’Amico “Marisol: un acuario para soñar” [doc. no. 1163605]; el texto de Akiko Hyuga “Marisol in the ‘60s ? Social Satire and Search for Identity” [doc. no. 1163366]; el ensayo de Águeda Hernández “Sin Título [...Nunca ha sido expuesta en Venezuela...]” [doc. no. 1163350]; y el ensayo de la periodista venezolana Albor Rodríguez sobre la escultora, “Marisol madera fina” [doc. no. 1163525].