Este ensayo del poeta y critico de arte Akiko Hyuga (1930–2002) acompañó al texto de Roberta Bernstein en el catálogo de la exposición titulada Marisol retrospective exhibition, presentada en varios museos de Japón en 1995. Constituye la primera gran muestra de Marisol [Escobar] (n. 1930), la escultora venezolano-estadounidense nacida en París. El autor logra contextualizar a la artista dentro de la escena plástica neoyorquina de los sesenta y setenta y descubre que las particularidades de ese ambiente artístico, donde ha vivido gran parte de su vida, influirían notablemente en la formación de su carácter. Hyuga descubre la sensibilidad de la artista y cómo plasma sus emociones y sentimientos en obras de carácter autobiográfico. No se trata de un análisis “aséptico” de su obra; el autor logra, en el texto, un equilibrio entre el análisis más estricto de conceptos plásticos y de su personalidad. A lo largo del ensayo, Marisol es vista y considerada como una artista norteamericana; sólo se hace referencia a su herencia venezolana al comienzo de la segunda parte del ensayo, donde Hyuga menciona los padres de la creadora. Marisol no era una artista desconocida para el público japonés; previamente había expuesto en la Galería Tokoro de Tokio (1989). Este ensayo es una extensión del artículo publicado con motivo de esa muestra por el mismo Hyuga en 1989, en la edición n° 129 de la revista Quarterly Art, bajo el título de “Portrait of Marisol”.
[Respecto a la obra de Marisol, consúltese en el archivo digital ICAA: de Margarita D’Amico “Marisol: Un acuario para soñar” (doc. no. 1163605); los textos de Roberto Guevara “Con Marisol y a veces sin ella. Crónica de una no entrevista” (doc. no. 116373), y “Para encontrar a Marisol” (doc. no. 1163541); e incluso el escrito por Águeda Hernández C. (sin título) [...Nunca ha sido expuesta en Venezuela...]” (doc. no. 1163350)].