En este ensayo sobre Marisol [Escobar], la curadora y galerista venezolana Águeda Hernández analiza su concepto creativo haciendo una relación de las obras que (para ese momento) se encontraban en Venezuela, tanto en espacios públicos como en museos, destacando las más importantes a escala cívica. Explica en su texto que la exposición no será antológica —para no mezclar las etapas de su creación artística— sino una mera selección de su producción durante las décadas de sesenta y setenta. La autora no duda en otorgarle a Marisol un lugar de destaque en la historia del arte, considerándola como extensión del esfuerzo creativo de aquellos artistas que la precedieron, sin dejar de reconocerle una autenticidad total. Para Hernández, Marisol no puede ser encasillada dentro de ningún movimiento artístico determinado; ella ha creado su propio lenguaje y su propia tendencia. Por último, se aplaude la iniciativa de Simón Alberto Consalvi por haberla incluido en la representación venezolana de la XXXIV Biennale di Venezia realizada en el año crítico de 1968.

Este ensayo de la curadora y galerista Águeda Hernández pertenece al catálogo de la exposición Marisol de la escultora venezolano-norteamericana nacida en París, Marisol [Escobar] (n. 1930), en la galería Estudio Actual en Caracas. Su importancia radica en tratarse del texto de la primera exposición individual de la célebre artista en Venezuela. A pesar de ello, llama la atención que el texto seleccionado para ocasión tan relevante, sea en realidad tan escueto. Para el momento de esta muestra, Marisol ya goza del reconocimiento del mainstream, pero es escasamente conocida entre el público venezolano, por lo que el texto debería cumplir otra función de divulgación más amplia: introducir definitivamente a la artista ante el mundo del arte en su país. En especial, porque la única experiencia previa, publicada en castellano, es el texto de catálogo escrito por Clara Diament de Sujo para la XXXIV Biennale di Venezia de 1968. En su lugar, Hernández se limita a ensalzar las virtudes creativas de Marisol, tal vez para dejar que el público nacional descubra por sí mismo el verdadero significado de su obra. Aunque no nació en Venezuela —y ha vivido muy poco tiempo en el país—, Marisol es considerada una artista venezolana. Motivo por el cual a la autora le sorprende el que aún no haya expuesto en Caracas; intrigándole cómo será la reacción interna ante este primer acercamiento a su obra. Además, la autora augura que esta muestra será la primera de muchas.

Hay dos escritos del crítico y curador Roberto Guevara sobre la célebre artista de los sesenta, “Con Marisol y a veces sin ella. Crónica de una no entrevista” [véase archivo digital ICAA (doc. no. 1163733)]; y, su otro intento de contacto bajo el título de “Para encontrar a Marisol” (doc. no. 1163541). Más aun, consúltese el texto de Margarita D’Amico “Marisol: Un acuario para soñar” (doc. no. 1163605); el texto de Akiko Hyuga “Marisol: Marisol in the 60's —Social Satire and Search for Identity” (doc. no. 1163366); y el ensayo de la periodista venezolana Albor Rodríguez sobre la escultora “Marisol madera fina” (doc. no. 1163525)].