Este ensayo de la curadora y crítica Katherine Chacón sobre Javier Téllez aparece publicado en el catálogo de la muestra La extracción de la piedra de la locura (Caracas: Museo de Belllas Artes, 1996). Trátase de una instalación de Téllez vista a través de este ensayo, el cual antecede al extenso prefacio de Carmen Hernández, la curadora de la exposición. Chacón aporta datos biográficos importantes para la comprensión de la obra de este artista venezolano; destacando, por ejemplo, aspectos que han confluido para que surja “el fenómeno” generado por Téllez, quien, aparte de su precoz talento y su pasión por la lectura, ha desarrollado un vínculo enorme, desde niño (por intermedio de su padre psiquiatra) con el universo de la sicopatología.
Chacón no duda en calificar la obra de Téllez (desde su precoz etapa pictórica) como una de las propuestas más “innovadoras —y renovadoras— de la pintura venezolana contemporánea”. Uno de los aportes de este ensayo es el recorrido que hace Chacón por las diversas etapas de Téllez, explicando su evolución progresiva hacia el arte objetual. Chacón observa que, al comienzo, se observa la influencia de los “objetos mágicos” de Mario Abreu, no obstante que, desde ese momento, se distingue por su simplicidad formal y sobriedad.
Las etapas propuestas por Chacón pueden resumirse así: cuadros tempranos, en los que hay audacia formal, un expresionismo de trazos rápidos, “retratos atormentados” de rostros deformes que expresan dolor. En una segunda etapa entran obras que ya evidencian un lenguaje pictórico propio, desligado ya sea de las búsquedas de moda o bien de corrientes del momento. Luego vendrá su desligamiento progresivo de la pintura para descubrir posibilidades expresivas en los objetos; aquí distingue lo objetos pintados y luego los objets-trouvés (objetos encontrados), caracterizados por cierto arcaísmo que habla de un hacer cotidiano casi en desuso.
La instalación La extracción de la piedra de la locura fue una de las exposiciones más impactantes de aquel momento en Venezuela, en cuanto a proponer una reflexión, en cierta forma inusual, sobre un tema tan difícil de abordar como la locura; temática que Téllez continuará desarrollando en mayor profundidad. En relación a su plataforma conceptual, es interesante el señalamiento de Chacón: “acaso” aquellas ideas que sustentan su trabajo plástico se hallen emparentadas con planteamientos de la antipsiquiatría, según la cual la locura no existe.
Para otros textos sobre la obra de Téllez, consulte de Rubén Gallo “Del mausoleo al juego en cuatro imágenes / From the mausoleum to the playroom, in four images” [doc. no. 1155086]; de Carmen Hernández “La extracción de la piedra de la locura: una instalación de Javier Téllez” [doc. no. 1154986]; la entrevista de Ruth Auerbach “Trobar clus: de cómo despistar al expectador” [doc. no. 1154795]; la entrevista de Manuel Lebon “Mi arte es un virus que vive en las grietas” [doc. no. 1154938]; y la reseña de Ana María Mendoza “La pieza ‘Licantropía’ obtuvo el premio Eugenio Mendoza” [doc. no. 1154954].