A inicios de 1951, el pintor peruano Fernando de Szyszlo (n. 1925) retornó a Lima, tras haber estado casi dos años en París, estadía determinante en su evolución hacia un expresionismo abstracto, ubicable entonces bajo la impronta del alemán Hans Hartung (1904–89). En mayo del mismo año, Szyszlo expuso su obra más reciente en la Sociedad de Arquitectos de la capital peruana, bajo auspicios de la Agrupación Espacio, grupo impulsor de la renovación plástica y arquitectónica del país. [Como lectura complementaria, véase en el archivo digital ICAA “Expresión de principios de la Agrupación Espacio” (doc. no. 1126309)].
En general, la muestra fue recibida positivamente por la prensa, salvo algunas reticencias expuestas por el influyente crítico peruano Carlos Raygada (1898–1953) [véase “De arte: exposición Szyszlo” (doc. no. 1150738)]. El tono beligerante de la réplica de Szyszlo quedó opacado con su (hoy famosa) declaración al diario La Prensa: “no hay pintores en el Perú” (doc. no. 1137793). Con su abierto rechazo a la plástica coetánea de su país, protagonizó el primer debate peruano en torno al arte no figurativo, al provocar la respuesta airada tanto de intelectuales como de artistas del propio medio. [Para más información, véanse los siguientes artículos: (sin autor) “Pintores peruanos hay, lo que aún no hay es pintura peruana: dice Juan Ríos y agrega que la pintura abstracta es pobre e inhumana” (doc. no. 1137808); (sin autor) “Cristina Gálvez opina que sí hay pintores en el Perú: citó a cuatro: ‘Hay que ser muy intelectual para ser abstracto’ dijo y añadió luego ‘Szyszlo no es intelectual’” (doc. no. 1150897); de Sérvulo Gutiérrez “Qué arte abstracto ni que nada, el arte es esencialmente uno... lo que debe hacer el pintor es ‘pintar’” (doc. no. 1150851); (sin autor) “Gran problema del arte peruano es la falta de críticos: ‘Xanno’: Alejandro Romualdo Valle agregó que los que escriben sobre arte son improvisados o huachafos” (doc. no. 1150928); de Federico Costa y Laurent “La ‘polémica de los pintores’” (doc. no. 1150866); (sin autor) “‘Julia Codesido y Sabogal son buenos pintores’: Aquilles Ralli cree, además, que muchos sólo buscan la fama por medio de la publicidad” (doc. no. 1150882); de Juan Ríos “El debate sobre pintura: carta del Sr. Juan Ríos R.” (doc. no. 1150912) y “Balance de una polémica: cuatro preguntas fundamentales” (doc. no. 1137882); y de Ángel Guido “A los pintores peruanos” (doc. no. 1150943)].
Más allá de su buscado efecto polémico, la frase “no hay pintores en el Perú” aludió a la ausencia de referentes locales para cualquier artista que aspirara a insertarse dentro de las últimas tendencias de la plástica mundial. Precisamente, el debate trajo a la luz sus aristas más agudas al discutirse los términos que definirían una modernidad artística local, evidenciando las primeras divergencias dentro de su intelectualidad progresista. La defensa de la “abstracción telúrica” (como única vía legítima para el arte peruano) puso en pugna al crítico Samuel Pérez Barreto (1921–2003) con sus antiguos contertulios de la Agrupación Espacio, agrupación que rechazaba a los cuatro vientos cualquier identificación tendenciosamente totalizadora de “lo nacional” con “lo andino”.