Comentario del ensayista Federico Costa y Laurent a la controversia provocada por las polémicas declaraciones del pintor Fernando de Szyszlo publicadas por el diario limeño La Prensa (2 de junio de 1951) a propósito de su exposición de cuadros abstractos en la Sociedad de Arquitectos del Perú (Lima). A inicios de 1951, el pintor peruano Fernando de Szyszlo (n. 1925) retornó a Lima, tras haber estado casi dos años en París, estadía determinante en su evolución hacia un expresionismo abstracto, ubicable entonces bajo la impronta del alemán Hans Hartung (1904–89). En mayo del mismo año, Szyszlo expuso su obra más reciente en la Sociedad de Arquitectos de la capital peruana, bajo auspicios de la Agrupación Espacio, grupo impulsor de la renovación plástica y arquitectónica del país. En general, la muestra fue recibida positivamente por la prensa, salvo algunas reticencias expuestas por el influyente crítico peruano Carlos Raygada (1898–1953) [véase “De arte: exposición Szyszlo” (doc. no. 1150738)]. El tono beligerante de la réplica de Szyszlo quedó opacado con su (hoy famosa) declaración al diario La Prensa: “no hay pintores en el Perú” (doc. no. 1137793). Con su abierto rechazo a la plástica coetánea de su país, protagonizó el primer debate peruano en torno al arte no figurativo, al provocar la respuesta airada tanto de intelectuales como de artistas del propio medio. Más allá de su buscado efecto polémico, la frase aludió a la ausencia de referentes locales para un artista que aspiraba a insertarse dentro de las últimas tendencias de la plástica mundial. Precisamente la polémica trajo a la luz sus aristas más agudas al discutirse aquellos términos que definirían modernidad artística local, poniendo en evidencia ya las primeras divergencias dentro de la intelectualidad progresista. La defensa de la llamada “abstracción telúrica” —como única vía legítima para el arte peruano— contrapuso al crítico Samuel Pérez Barreto (1921–2003) con sus antiguos contertulios de Espacio, agrupación que rechazó ostensivamente cualquier identificación tendenciosa que pretendiera reducir lo nacional a “lo andino”. En 1951, Szyszlo protagonizó el primer debate peruano en torno al arte no figurativo, al provocar la respuesta airada de intelectuales y artistas del medio. Véanse los artículos: “Pintores peruanos hay, lo que aún no hay es pintura peruana: dice Juan Ríos y agrega que la pintura abstracta es pobre e inhumana” (sin autor) (doc. no. 1137808); “Cristina Gálvez opina que sí hay pintores en el Perú: citó a cuatro: ‘Hay que ser muy intelectual para ser abstracto’ dijo y añadió luego ‘Szyszlo no es intelectual’” (sin autor) (doc. no. 1150897); “Qué arte abstracto ni que nada, el arte es esencialmente uno...: lo que debe hacer el pintor es ‘pintar’”, por Sérvulo Gutiérrez (doc. no. 1150851); “Gran problema del arte peruano es la falta de críticos: "Xanno": Alejandro Romualdo Valle agregó que los que escriben sobre arte son improvisados o huachafos” (sin autor) (doc. no. 1150928); “‘Julia Codesido y Sabogal son buenos pintores’: Aquilles Ralli cree, además, que muchos sólo buscan la fama por medio de la publicidad” (sin autor) (doc. no. 1150882); “El debate sobre pintura: carta del Sr. Juan Ríos R.” (doc. no. 1150912) y “Balance de una polémica: cuatro preguntas fundamentales” (doc. no. 1137882), ambos escritos por Ríos; y “A los pintores peruanos”, por Ángel Guido (doc. no. 1150943)].