En mayo de 1947, un grupo de intelectuales peruanos, compuesto mayoritariamente por arquitectos, formó Espacio, agrupación destinada a promover y defender el modernismo arquitectónico y artístico en el Perú. Ella sería la vocera de una generación joven, inicialmente cohesionada en torno a un ideal de progreso que liga la vanguardia artística con una visión humanista. En la agrupación participarían, entre otros, el arquitecto Luis Miró Quesada Garland, el escritor Sebastián Salazar Bondy, el pintor Fernando de Szyszlo y el intelectual Samuel Pérez Barreto, personalidades que luego tendrían un papel gravitante —y a veces contrapuesto— dentro de la escena artística limeña. Espacio dio inicio a sus actividades con la publicación de una declaración de principios; documento fundacional del modernismo peruano que dotó a esta tendencia de un verdadero perfil corporativo y programático. En este manifiesto, la agrupación rechazó explícitamente el revival arquitectónico neocolonial imperante hasta ese momento, estilo que apelaba a la continuidad de una tradición arquitectónica “nacional” basado en el uso de la ornamentación virreinal. Apenas esbozados en su manifiesto, los alcances de Espacio fueron aún mayores cuando la agrupación contó con una página de relativa periodicidad en El Comercio de Lima —diario de la familia Miró Quesada— y con la propia revista Espacio (1949–1951). De hecho, en su editorial del primer número, la agrupación dejó aún más clara su apuesta por una renovación artística que encarnara en sí misma un compromiso con el hombre y la libertad. Pese a ello, debido a su tenor apolítico, este tipo de declaraciones no representó un ataque directo a la represión instaurada por el gobierno dictatorial del General Manuel A. Odría (1948–56).