El texto de Alejandro Otero (1921–90) puntualiza que el mayor interés de esta muestra es la invención de las relaciones cromáticas. Subrayando el valor cromático en la serigrafía, manifiesta la necesidad que tuvo su esposa, la artista venezolana Mercedes Pardo (1921–2005), de destacar esto al imprimir sobre fórmica, en vez de usar papel. El texto da inicio con el comentario sobre la pasión que ambos sienten por el trabajo artístico y señala, a seguir, que las serigrafías —y la obra de Pardo en general— inciden sobre “la afirmación, continuidad y desenvolvimiento de la pintura venezolana”. De allí que sea el mismo Otero quien define la importancia de la muestra como juego colorista donde se exploran posibilidades armónicas del color de manera modular. El documento permite aproximarse a la visión que el crítico tiene de la investigación de Pardo; un estudio cuya evolución Otero contempla de cerca en ambos ámbitos de cotidianidad. A pesar de la prioridad pictórica, Pardo realizó obra gráfica respetando sus técnicas, sin pretender juzgarlas en función de la pintura. Al contrario, la artista aprovecha posibilidades ofrecidas por los colores planos (puros) de las tintas serigráficas para producir obras en las que la carga cromática se vuelve protagonista.
Para más información sobre la artista, hay el ensayo crítico elaborado por Bélgica Rodríguez y publicado en 2001 “Mercedes Pardo: 1951–2000” [doc. no. 1143027]. Para otros textos sobre su obra, consulte la entrevista de Ruth Auerbach “La creación como argumento” [doc. no. 1143060]; el texto de Roberto Guevara “Color y módulos en Mercedes Pardo” [doc. no. 1155991]; y la entrevista de Margarita D’Amico “Mercedes Pardo: 1 x 9” [doc. no. 1155959].