El presente texto constituye la primera de dos entrevistas [véase en el archivo digital ICAA: “De México, habla ahora José Sabogal (parte I)” (doc. no. 1140703)] que Jorge Falcón hizo a Sabogal sobre su viaje al norte de América. Falcón fue un intelectual peruano de formación comunista que ejerció el periodismo cultural en diversos medios de prensa: La Noche (1934–45) y los diarios Excelsior y El Universal (todos en Lima). Amigo cercano de Sabogal, publicó diversas notas y algunos ensayos biográficos sobre él y varios de sus seguidores. Casado con Marina Núñez del Prado (1908–95), escultora boliviana, en 1986 fundó y dirigió el Instituto Sabogal de Arte, con el propósito de fomentar la investigación y difusión del arte peruano, especialmente aquel ligado a postulados indigenistas. El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de los veinte y los cuarenta. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888-1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870-1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883-1926], por mencionar uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932-43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista: Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905-68), Teresa Carvallo (1895-1988), Enrique Camino Brent (1909-60) y Camilo Blas (1903-85). Hacia mediados de la década de los treinta se articuló una fuerte oposición contra esa tendencia —percibida como oficial y excluyente—, hasta la destitución, en 1943, de Sabogal de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Para los seguidores del indigenismo se trató de una disposición injusta, produciéndose un movimiento de adhesión al pintor expresado en cartas, notas periodísticas y eventos sociales. A fines de 1942, el pintor realizó un viaje a Estados Unidos y México. Había sido invitado al primero por el Departamento de Estado norteamericano, en el marco de la política de Good Neighbor [Buen vecino] propia de la necesidad de proteger sus fronteras americanas durante los años de la Segunda Guerra Mundial. Estando allí, Sabogal recorrió las ciudades de Nueva York, Washington, San Francisco y Los Ángeles, procurando reunirse con artistas y visitar diversas instituciones culturales. Al pasar por México, de hecho, desarrolló diversas actividades similares, aunque aprovechando para dedicarse al estudio del fresco y el grabado. [Hay un buen número de textos sobre el pintor en el archivo digital ICAA, de los cuales destacamos los del propio Sabogal: “Arquitectura peruana: la casona arequipeña (doc. no. 1173340); “La cúpula en América” (doc. no. 1125912); “Mariano Florez, artista burilador de "mates" peruanos, murió en Huancayo: José Sabogal su admirador y amigo, le rinde homenaje” (doc. no. 1136695); “Los mates burilados y las estampas del pintor criollo Pancho Fierro” (doc. no. 1173400); “Los 'mates' y el yaraví” (doc. no. 1126008); “La pintura mexicana moderna” (doc. no. 1051636); y “Sala de arte popular peruano en el Museo de la Cultura : selecciones de arte” (doc. no. 1173418)].