Artículo del crítico de arte peruano Carlos Solari (con el pseudónimo de “Don Quijote”), sobre la exposición de xilografías del iniciador del indigenismo pictórico peruano José Sabogal (1888–1956) en la Academia Nacional de Música “Alcedo”, en la capital peruana (1929).
Paralelamente al desarrollo de la pintura, Sabogal realiza una significativa producción de grabados en madera, técnica que se adaptaba perfectamente a los requerimientos expresivos de su obra. La importancia que le dio Sabogal se pone de manifiesto en el viaje que realiza a México (1923) en donde incentivó a los artistas a retomar el arte del grabado en madera. Su trabajo en este medio se consagró en la exposición que realiza en Buenos Aires (1928), siendo sus xilografías especialmente señaladas por la crítica. Fue tal la trascendencia de este tipo de obra que realiza exposiciones exclusivamente de xilografías en Montevideo (1928), Lima (1929), y en los Estados Unidos, tanto en Miami (1931 y 1934) como en Nueva York (1933). Sus grabados ilustraron importantes publicaciones, entre las que destacan las carátulas realizadas para la revista dirigida por Juan Carlos Mariátegui, Amauta (Lima, 1926–30).
El indigenismo pictórico tuvo auge en el Perú entre las décadas de 1920 y 1940. Se inserta en un movimiento más amplio dentro de la sociedad peruana: la redefinición de la identidad nacional en función de componentes autóctonos. Si bien en determinados momentos estuvo abocado a la revaloración de “lo indígena” y de un pasado incaico, considerado glorioso, también asumió la defensa de una identidad mestiza como integración de “lo nativo” y “lo hispánico”. El principal ideólogo y líder indiscutido del indigenismo en las artes plásticas fue José Sabogal (1888–1956), para cuyo profundo sentido de “lo raigal” influyeron decisivamente las tendencias regionalistas en el arte de España (Ignacio Zuloaga [1870–1945], entre otros) y en la Argentina (Jorge Bermúdez [1883–1926], por mencional uno); países en lo que Sabogal pasó largos años formativos. Al volver al Perú, a finales de 1918, se instaló en el Cusco, donde pintó cerca de cuarenta óleos sobre personajes y vistas de esta ciudad, luego exhibidos en Lima (1919). Tal exposición se considera como el inicio formal del indigenismo pictórico en el Perú. Su segunda muestra individual limeña fue en las salas del Casino Español (1921), y con ella consolidó su prestigio. En 1920, Sabogal se integró a la plana docente de la nueva Escuela Nacional de Bellas Artes hasta asumir su dirección (1932–43). Allí formó a un grupo de pintores que se adhieren al movimiento indigenista como Julia Codesido, Alicia Bustamante (1905–68), Teresa Carvallo (1895–1988), Enrique Camino Brent (1909–60) y Camilo Blas (1903–85).
[Hay un buen número de textos sobre el pintor en el archivo digital ICAA, de los cuales destacamos los siguientes del propio Sabogal: “Arquitectura peruana: la casona arequipeña (doc. no. 1173340); “La cúpula en América” (doc. no. 1125912); “Mariano Flórez, artista burilador de ‘mates’ peruanos, murió en Huancayo: José Sabogal su admirador y amigo, le rinde homenaje” (doc. no. 1136695); “Los mates burilados y las estampas del pintor criollo Pancho Fierro” (doc. no. 1173400); “Los ‘mates’ y el yaraví” (doc. no. 1126008); “La pintura mexicana moderna” (doc. no. 1051636); y “Sala de arte popular peruano en el Museo de la Cultura: selecciones de arte” (doc. no. 1173418)].