Alfonso Castrillón (n. 1935) fue miembro del jurado que distinguió a López Antay y autor de importantes argumentaciones teóricas sobre este tema, como las que se plasman en el presente artículo que incluye, además, la reproducción de los tres documentos considerados por él los más representativos de la polémica: el dictamen que designó a López Antay como ganador del Premio Nacional de Cultura; el comunicado en que la ASPAP (Asociación Peruana de Artistas Plásticos) cuestiona el otorgamiento del premio; y el acta de fundación del SUTAP (Sindicato Único de Trabajadores de las Artes Plásticas).
Castrillón defiende aquí el enfoque social del arte, destacando el hecho de que la polémica incluyó al Perú dentro de los planteamientos que en esa línea tenían antecedentes. Se venían desarrollando en Brasil —a través de la vasta obra crítica de Mário Pedrosa (1901–81)— así como en México, con los aportes de Néstor García Canclini (n. 1939) y de Juan Acha (1916–1995). En el caso peruano, hubo la visión teórica al problema de Mirko Lauer (n. 1947).
El 26 de diciembre de 1975 se dieron a conocer públicamente los Premios Nacionales de Cultura (bienio 1973–74), otorgados por el Estado peruano a través del Instituto Nacional de Cultura, a los aportes más destacados para el desarrollo de la cultura peruana. El presente dictamen en el área de arte (la cual tradicionalmente incluía pintura, escultura, música y arquitectura) dio inicio a una de las polémicas más importantes en la historia del arte peruano. La controversia puso de manifiesto las tensiones y recelos latentes en torno a las políticas culturales propiciadas por el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas del general Juan Velasco Alvarado (1968–75). Este aspiraba a una identificación progresista, cuyo principal sustento fue la reforma agraria iniciada en 1969, acompañada por una fuerte revaloración oficial de la imagen del campesino y de sus modos de vida, en desmedro de formas culturales consideradas más “occidentales”. De hecho, el premio a Joaquín López Antay (1897–1981) se dio a costa de las candidaturas de reconocidos artistas plásticos como Carlos Quízpez Asín (1900–83) y Teodoro Núñez Ureta (1912–88) y el músico académico de origen alemán Rodolfo Holzmann (1910–92).
[Como lectura complementaria sobre el SUTAP, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes textos: (sin autor) “El arte y el deber social: declara Ciro Palacios, dirigente de los trabajadores de las artes plásticas” (doc. no. 1136396); de A.B.C. “Contra toda manipulación en el arte” (doc. no. 1136349); de Juan Gargurevich “Deslinde en la pintura: progreso vs. reacción” (doc. no. 1136301); de Luis Freire Sarria “López Antay levanta polvareda” (doc. no. 1136317); (sin autor) “Manifiesto: acta de fundación: Sindicato Único de Trabajadores en las Artes Plásticas” (doc. no. 1136267); y de Marcela Cárdenas “No sólo por amor al arte” (doc. no. 1136333). Además, respecto a la controversia generada por este evento, consúltense los siguientes artículos: de Alfonso Castrillón, Leslie Lee y Carlos Bernasconi “Fundamentación para el dictamen por mayoría simple a favor del artista popular Joaquín López Antay” (doc. no. 1135896); de Alfonso Bermúdez “Premio a López Antay suscita controversias. Unos: consagración del arte popular. Otros: una cosa es arte y otra artesanía” (doc. no. 1135879); de Francisco Abril de Vivero, Luis Cossio Marino y Alberto Dávila “Artistas plásticos cuestionan premio” (doc. no. 1135960); y (sin autor) “‘No todos nos quieren ni en Lima ni en Ayacucho’: así comentó sobre cuestionamiento a premio” (doc. no. 1135930)].