En este enfoque, específicamente pictórico, el célebre crítico de la poesía y del movimiento “concreto” Ferreira Gullar expone su entendimiento de dicho fenómeno artístico. Argumenta él que el arte es una realidad autónoma, aunque también un lenguaje simbólico cuya recepción (por parte del espectador) queda condicionada al contexto histórico-cultural en el cual se encaja. Además de haber roto con la pintura figurativa, el arte llamado concreto corresponde a una concepción de la naturaleza —según ha sido concebida por la ciencia moderna—, donde colores, espacios y formas son valores en sí mismos, e independientes de los objetos.  

Texto publicado durante la I Exposição Nacional de Arte Concreta, ocurrida en diciembre de 1956, en el Museu de Arte Moderna de São Paulo. Posteriormente, en los meses de enero y febrero del año siguiente, la muestra fue llevada a Río de Janeiro para ser instalada en el edificio medular de la arquitectura moderna en el Brasil, el Ministério da Educação e da Saúde. A partir de esta itinerancia, la exposición empieza a revelar divergencias —poco después insuperables— entre grupos y tendencias vinculados a esta corriente y a lo que, años después, será conocido como “neoconcretismo”. Diferencias notorias que, con el paso del tiempo, se irán a acentuar entre ambas ciudades. Esa confrontación tendrá en Río de Janeiro el liderazgo de Ferreira Gullar, tanto en la poesía como en las artes plásticas. En São Paulo, estas áreas fueron encabezadas por el Grupo Noigandres de los hermanos Augusto y Haroldo de Campos, con Décio Pignatari en la poesia, y el teórico, crítico de arte, diseñador ambiental y artista plástico Waldemar Cordeiro en la pintura.

El artículo (entonces laudatorio) del poeta, dramaturgo, ensayista y crítico de arte [José Ribamar] Ferreira Gullar (n. 1930) provoca, sin embargo, una reacción polémica de Waldemar Cordeiro (1925–73) en torno a las diversas concepciones teóricas a las que se atañe el arte concreto. En ese momento, Gullar ve con los mejores ojos y auspicios la propuesta “concreta” y, no obstante, su ensayo pone énfasis en la dimensión histórico-cultural de la obra de arte como punto medular de su enfoque, mientras que, para Cordeiro, este era entendido como un lenguaje universal y autónomo. Gullar aceptaba ese arte como una realidad independiente, aunque la viera directamente vinculada a ideas cientificistas o a una axiología de valores de la cultura contemporánea.

Tiempo después, y en oposición radical a esa lectura de Gullar, Cordeiro publica el texto “Teoria e prática do concretismo carioca” [doc. no. 1087287]. La histórica polémica que se desata a continuación en la prensa brasileña entre Concretismo (São Paulo) y Neoconcretismo (Río) continuará indefinidamente a partir de estos artículos clave: “I Exposição Nacional de Arte Concreta: 2 - O grupo do Rio” [doc. no. 1090217]; “O objeto” [doc. no. 1086891]; y “I Exposição Nacional de Arte Concreta: I - O Grupo de São Paulo” [doc. no. 1087166].