El presente texto se apoya en un conjunto de discusiones habido en torno al “lugar” operativo del arte latinoamericano, procurando mostrar el lugar central que ocupa la noción de “cartografía” para el avalúo de las prácticas artísticas en el subcontinente. Al pensarse dicha producción artística desde esa noción, sería posible hacerse una lectura más detenida sobre las especificidades, escapando, así, de los estereotipos que se han ido construyendo.
La historiadora de arte argentina María Angélica Melendi (radicada en el Brasil desde 1975) se ha dedicado a la enseñanza y a la investigación de las artes plásticas, específicamente en relación al componente político (motivo por el cual abandona su país). Melendi trae a colación que tal revisión, de efectuarse, nos ofrece una plataforma de iniciativas como las emprendidas por la Bienal do Mercosul (Porto Alegre, Brasil), el Instituto Arte das Américas (Belo Horizonte, Brasil) y MALBA (el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), instituciones que colocan en el meollo de sus indagaciones e investigaciones la problemática de este arte.
Por otra parte, “De adversidade vivemos” es el eslogan de un conocido Parangolé de Hélio Oiticica (1965–69), usado por la autora como referente en el título de su ensayo.
Para más información, puede consultar también al respecto de ese concepto que circuló en la época hasta el desgaste, y que fue el tema curatorial de Ivo Mesquita en Cartographies (Winnipeg: Winnipeg Art Gallery, 1994) [doc. no. 807646], los siguientes textos de críticos brasileños: de Annateresa Fabris, “Duas cartografias da América Latina: Joaquín Torres García e Anna Bella Geiger”, en América Latina: territorialidades e práticas artísticas (Porto Alegre: Ed. UFRGS, 2002) [doc. no. 808407]; y de Paulo Herkenhoff, el complemento lingüístico a la propuesta curatorial de Mesquita, “Incomplete glossary of sources of Latin American Art”, en Cartographies (1994) [doc. no. 808171].