El texto afirma la necesidad no solo de darle una dimensión a los hechos del arte latinoamericano sino, también, de ponderar los criterios de evaluación que se emplean para poder juzgarlo. Se pone en consideración un asunto que define la noción de “regionalidad”, estrechamente vinculado a la identidad cultural. Las sociedades latinoamericanas conviven la experiencia de diversas expresiones culturales a resultas de su proceso formativo, opina la profesora Lisbeth Gonçalves. En ese sentido, la búsqueda de identidad y de expresión asume el papel reconstructor del sentido de dicho proceso; siendo que se busca “lo específico” como una voluntad de encajarse en el ritmo de la contemporaneidad. Ese movimiento corresponde a una incesante oscilación entre lo local y lo universal; es el caso del regionalismo y las vanguardias que tan bien ilustran los años veinte. Será imprescindible, por lo tanto, entender tal dinámica transculturadora y la propia “apropiación” como elementos participantes de la búsqueda de representatividad e identidad; lo cual constituye no sólo una expresión formal sino, incluso, una visión de mundo. La autora, apoyada en ideas de “identidad”, “transculturación”, “expresión” y “representatividad”, defiende un abordaje del arte latinoamericano que posea contexto, procurando penetrar en el entendimiento de su pensamiento plástico. En su opinión, imposible entenderla con análisis que tomen en cuenta sólo la dimensión formal (plástica) de su expresión artística. Procurando operar de manera más apropiada, se torna imprescindible, alcanzar sus dimensiones sociales e identitarias de todas sus opciones estéticas.