Estableciendo un parámetro comparativo, Silviano Santiago investiga el “lugar” del discurso literario en América Latina, describiendo el proceso de “aculturación” desde la Colonia y cuya huella es el “extrañamiento”. El colonialismo impone el mecanismo de la copia que se convierte en regla civilizadora; una copia siempre en desventaja por ser obsoleta a medida que el original se transforma. Si la copia borra la cultura autóctona, surge un mecanismo resistente: mestizaje o “filtro progresivo” siempre en vías de cierta descolonización. He ahí, a juicio de Santiago, el mayor aporte de Latinoamérica a la cultura occidental: destrucción de los conceptos de “unidad” y “pureza”. En esas circunstancias, el crítico debe evitar estudios de fuentes e influencias y asumir como propia la postura del “canibalismo”. Su crítica describe entonces sólo la técnica que el autor postula en ese momento de “agresión” contra el modelo original, hegemónico. Partiendo de que la copia es la matriz del proceso creativo en América Latina, la traducción, el pastiche o la parodia son dispositivos antropófagos de creación que generan un “entrelugar” de plena resistencia, un “lugar intermediario” entre el código y la agresión, entre la desobediencia y la rebelión.

Los temas que aborda Silviano Santiago en el libro que incluye este ensayo giran en torno a un punto focal: la dependencia, un tema insoslayable para la inteligentzia brasileña en las décadas de los sesenta y setenta, cuando este texto es escrito. Analizando la dependencia cultural bajo la influencia de las teorías posestruturalistas de Michel Foucault, Roland Barthes y Louis Althusser, Santiago formula un programa para la crítica literaria latinoamericana, buscando evitar el modelo trillado de la llamada “crítica genética” que investiga fuentes e influencias que condicionan la creación de un escritor. El texto de Santiago provocó intenso debate —principalmente frente al crítico dialéctico brasileño Roberto Schwarz quien tildó este enfoque como una “apología triunfalista del atraso”. En efecto, corroborando lo dicho por Schwarz en ensayos como “Nacional por subtração” (1986), la matriz de este pensamiento resultaba ser una versión manoseada (y mal aplicada) de la idea de “antropofagia” formulada por Oswald de Andrade en 1928 como una fuente de asimilación y de superación efectiva.

[Como lectura complementaria, véanse otros textos del autor en el archivo digital ICAA: “Apesar de dependente, universal” (doc. no. 1111340); “Atração do mundo (políticas de identidade e de globalização na moderna cultura brasileira)” (doc. no. 1111341); “Debate: o artista e a crítica” (doc. no. 1110951)].