En este artículo, el crítico Roberto Guevara rebate duramente las tesis de Marta Traba, quien sostiene, a mediados de los sesenta, que el arte latinoamericano se ha “despersonalizado” y contaminado de “mimetismo” internacional. Guevara se hace eco de las ideas de otros polemistas sobre el asunto, así como de la necesidad de una proyección y alcance universal del arte. Señala, por un lado, que hay en América artistas cabales y profundamente honestos y, por el otro, que no se puede hablar de tradiciones que no estén vivas o vigentes. Desde el punto de vista ético, critica, asimismo, la actuación de Traba, advirtiendo, entre otras cosas, que esta se aleja del deber de todo crítico; esto es, analizar exhaustivamente cuando se trata de asuntos complejos.     

Este artículo del crítico venezolano Roberto Guevara (1932–98) forma parte de la polémica suscitada en Caracas a raíz del artículo “El arte latinoamericano: un falso apocalipsis” de Marta Traba (1923−83), la crítica argentina de arte argentina y radicada en Colombia, publicado el 2 de mayo de 1965 en Papel Literario, el suplemento del diario caraqueño El Nacional [véase doc. no. 799377], polémica que se prolonga hasta septiembre en este órgano periodístico y en la Revista Nacional de Cultura. En el marco de la diatriba, Traba fue invitada a dictar tres conferencias en el Museo de Bellas Artes de Caracas; hubo también programas de radio y televisión, además de un debate final en el Ateneo de Caracas. Además de Guevara y Traba, participaron, con mayor relevancia, Guillent Pérez y Ludovico Silva (vinculados a una lectura filosófica) y los pintores Alirio Rodríguez, Alejandro Otero y el crítico Perán Erminy.

La importancia de este documento radica en que constituye una crónica en la que Guevara expresa, de forma apasionada, el malestar producido por las afirmaciones de Traba en el meollo de la comunidad cultural venezolana. Además de rebatir con vehemencia sus tesis, Guevara registra opiniones de otros polemistas. Considera que Traba no fue más allá de proponer “una suerte de investigación antropológico–histórico– cultural para determinar —se supone— unas veinte y tantas ‘esencias’ regionales latinoamericanas”. En otro sentido, es importante por su contenido ético: al criticarse la actuación de Traba, se postulan por oposición una serie de valores deseables en un crítico. Traba es acusada, entre otras cosas, de emitir opiniones subjetivas, con calculado deseo de autopromoción.

Los artículos aparecidos en el suplemento Papel Literario de El Nacional fueron recopilados en la Colección Delta Solar como Modernidad y postmodernidad. Espacios y tiempos dentro del arte latinoamericano (Caracas: Museo Alejandro Otero, 2000). Por otra parte, una selección de aquellos documentos aparecidos en la Revista Nacional de Cultura se publicó en: Roldán Esteva-Grillet (Compilador), Fuentes documentales y críticas de las artes plásticas venezolanas. Siglos XIX y XX (Caracas, CDCH/ UCV, Vol. II, 2001).

Respecto a otros escritos en torno a esta discusión, vea de Perán Erminy “La visita positiva” [doc. no. 799445], así como de Alejandro Otero “Carta a Guillent Pérez, a propósito de limbos y apocalipsis” [doc. no. 798998].