Justo Pastor Mellado escribe a propósito de Quadrivium, la muestra de Gonzalo Díaz, trazando una perspectiva crítica de su producción desde 1982. Podríamos dividir su análisis en dos partes que se retroalimentan. La primera hace un recorrido en torno a las operaciones de Díaz donde cuestiona la pintura desde la objetualidad y lo cual establece un modus operandi iniciado hacia 1989. La segunda parte vincula lo sucedido con la obra de Díaz entre las décadas de ochenta y noventa al tender un paralelo que revela el carácter de “apéndice” de sus trabajos. Mellado se centra en examinar distintos elementos que componen Quadrivium proponiendo una lectura que postula la obra como homenaje póstumo a Adolfo Couve; la analiza en cuanto “obra diagramática” que confirma un modelo de trabajo; en el caso específico, el “sistema Díaz de objetualidad” reemplaza al “sistema Díaz de pintura”. 

“La persistencia programática de una década” del crítico de arte y curador Justo Pastor Mellado (n.1949) es un ensayo sobre una línea de trabajo artístico desarrollada por Gonzalo Díaz (n. 1947) y fue escrito a propósito de su exposición en la Galería Gabriela Mistral en 1998. Quadrivium fue una instalación compleja basada en diversos componentes. Ésta tomó como estructura las 14 estaciones del Vía Crucis y en cada una había una serie de objetos; sobre el muro se instaló una boca de túnel con un cerro a escala de donde salía un riel curvo conectado a una marina pintada; ésto generaba un acceso para   un pequeño barco que (en cada estación) parecía avanzar un poco más hacía la pintura. Frente a cada estación había un trípode con  un proyector y un ventilador al lado, además de   un pequeño motor que activaba la proyección. En el muro y sobre la instalación del barco, Díaz proyectaba distintas palabras para cada estación: figuras retóricas (metáfora, metonimia, elipsis, etc.). El trípode, con un brazo articulado en la parte inferior, iluminaba con un foco de luz el número romano indicador de la estación. Paralelamente a esta muestra, Díaz exponía, en el Museo Nacional de Bellas Artes en Santiago, la instalación Unidos en la gloria y la muerte.

Según lo manifiesta en su texto, Mellado interpretó en Quadrivium un tributo al pintor y escritor Adolfo Couve (1940-1998), maestro de Díaz quien se había suicidado poco antes. En su lectura, cada objeto implicó una "animita” que se  repitió 14 veces como Vía Crucis. Animita es un término chileno referente a una pequeña construcción en  el espacio público realizada en conmemoración de algún muerto. Al reiterarse, Mellado lo relaciona con las enseñanzas de Couve en las que utilizaba naturalezas muertas iluminadas. La pintura de Couve se dividió en dos periodos, desde 1960 a 1973, momento en que dejó de pintar para dedicarse a la escritura; y desde 1984, año en que retomó la pintura hasta su muerte voluntaria. Nunca dejó de impartir clases como académico en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile; Mellado sostiene que entre Couve y Díaz hubo una intensa disputa vinculada con la situación político-didáctica en la institución y extendida a nivel de obra. Mellado trabajó con Díaz durante más de una década, motivo por el cual el texto ofrece una lectura abarcadora de su obra.

Con motivo de esta muestra se publicó el libro Lecciones de cosas 7 textos+postfacio donde escribieron  los filósofos Pablo Oyarzún (n. 1950) [véase Archivo Digital ICAA “La cuna del delfín” (doc. no. 735850)] y Sergio Rojas (n. 1960); el académico Ivan Trujillo (n. 1963); el artista Demian Schopf (n. 1972); los historiadores del arte Gonzalo Arqueros (n. 1958) y Alberto Madrid (n. 1955) [“Quadrivium: para una reforma del entendimiento” (doc. no. 750181)]; y la ensayista Adriana Valdés (n. 1943) [“Un retrato, un paisaje, una dedicatoria (a manera de postfacio)” (doc. no. 735474)].