“La cuna del delfín: Sobre Quadrivium, de Gonzalo Díaz” es el único texto crítico que acompaña el catálogo Quadrivium: Ad usum Delphini [Cuadrivio: para uso de los príncipes herederos] de la exposición realizada en Galería Gabriela Mistral (14 de octubre al 6 de noviembre de 1998).
En un contexto de renacimiento de la pintura chilena y un retorno a la estética pictórica a partir de una joven generación de artistas (Jorge Tacla, Samy Benmayor, Bororo, entre otros) la tendencia se vio influenciada por la “transvanguardia italiana” difundida por Achille Bonito Oliva (1980). Hubo en Santiago el apoyo de las galerías Sur y Época, además del Museo Nacional de Bellas Artes; aprovechándolo, Gonzalo Díaz se instaló a medio camino entre la pintura y las prácticas conceptuales, como figura clave en un nuevo enfoque crítico de lo pictórico realizado durante la década de ochenta en Chile. A este período corresponden obras como Los hijos de la dicha (1979) e Historia sentimental de la pintura chilena (1982), con las cuales Díaz cuestiona y, sobre todo, parodia la herencia pictórica recibida. Posteriormente, su práctica se desplazó hacia la instalación, abordando los contextos histórico y cultural, así como modos de representación e inserción en el espacio expositivo.
Autores como Oyarzún y Justo Pastor Mellado visualizaron críticamente la obra de Gonzalo Díaz, desde la estética y la filosofía política. [Consúltese, en el Archivo Digital ICAA los ensayos “Estética de la sed. Lonquén 10 años, diez años después” de Pablo Oyarzún (doc. no. 734853) y “Breve nota sobre pintura chilena: 1950-88” de Justo Pastor Mellado (doc. no. 736085)].