“Correcaminos” es un texto de Eugenio Dittborn (n. 1943) donde plantea el proyecto de sus pinturas aeropostales iniciado en 1984. Es parte de la publicación Pinturas postales de Eugenio Dittborn (1985), editada por Francisco Zegers, donde se incluyen ensayos de la teórica y crítica cultural Nelly Richard (n. 1948), de los poetas Gonzalo Millán (1947-2006) y Gonzalo Muñoz (n. 1956), así como del filósofo Pablo Oyarzún (n. 1950). [Para otros textos del catálogo, véase en el Archivo Digital ICAA “Por miradas” (doc. no. 735231) de Millán; “Protocollage de lectura” (doc. no. 735197) de Oyarzún; y “Una política” (doc. no. 735205) de Muñoz]. Dicha publicación aparece después de las exhibiciones 12 pinturas aeropostales (Galería Sur, septiembre) y 6 pinturas aeropostales (Galería Bucci, octubre), ambas en 1985. Se consignan los viajes de las pinturas aeropostales: Santiago / Cali (Colombia) / Santiago (21 pinturas aeropostales, junio 1984); Santiago / Sydney (Australia) / Santiago (10 pinturas aeropostales, 1984-1985); Santiago / Melbourne (Australia) / Santiago (7 pinturas aeropostales, mayo 1985); Santiago / Buenos Aires (Argentina) / Santiago (7 pinturas aeropostales, junio 1985). [Con respecto a estos dos últimos viajes, se encuentra disponible lo escrito por Nelly Richard: “Eugenio Dittborn: Doblemente geográfica. A propósito de la pintura postal” (doc. no. 734740)].
Pinturas aeropostales es el título de un formato pictórico creado por Dittborn en 1984. Se trata de telas de gran tamaño, las que luego se pliegan para ser guardadas en sobres que también forman parte de la obra. Una vez que el sobre está listo, la aeropostal se envía por correo al lugar de exposición. Llegadas a su destino, las aeropostales se despliegan y se cuelgan directamente en el muro. Los sobres se exhiben junto a las obras, exponiendo así huellas de traslado: sellos postales, destinatarios y remitentes. Tanto los pliegues que marcan la tela generando una cuadrícula así como la ausencia de bastidor son dos características que ponen en tensión el nexo entre aeropostal y pintura tradicional. Por lo general, las pinturas aeropostales se componen de imágenes fotoserigrafiadas sacadas de diarios, revistas, cómics o manuales de dibujo, además de dibujos hechos por niños. Aparecen rostros e iconografías provenientes de imaginarios diversos. Respecto a la materialidad, en tales obras se superponen telas donde aparecen parches y costuras. Este procedimiento de trabajo continúa siendo explorado por Dittborn hasta la actualidad. [En torno a su trabajo con las imágenes de las aeropostales, el propio artista escribió “Caja de herramientas” (doc. 732125)].