Apertura del Salón Espacios Vivientes en la Sala Principal del Palacio Municipal de Maracaibo (Venezuela). Los artistas aportaron dos obras cada uno, entre pinturas y esculturas, y son presentados como “todavía no classificados” como informalistas venezolanos. Se menciona a Juan Calzadilla y a Daniel González (quienes fueron parte de la organización) y se citan para dejar claro las intenciones y propósitos de la amplia exhibición. El Salón implica un evento de libertad pictórica para jóvenes artistas más que una muestra tradicional de pintura, aprovechándose la distancia de aquellos criterios académicos que, según se constata, afectan la pintura en Caracas. Se cita a Calzadilla para justificar la localización del Salón en Maracaibo a partir de la historia del propio tachismo en la ciudad costera; a su juicio, todas las formas de “abstraccionismo formal o concreto” así como la figuración fueron excluidas del evento en defensa de la abstracción lírica.

El artículo presenta el Salón Espacios Vivientes, llevado a cabo en Maracaibo, entre el 14 y el 28 de febrero, 1960. El autor menciona a dos de los organizadores: el pintor y crítico Juan Calzadilla (n. 1930) así como el pintor y fotógrafo Daniel González (n. 1934) con objeto de asentar objetivos en juego, además de haber escogido la ciudad para un Salón de “pintura liberada”. Los puntos que colocan justifican a Maracaibo en respuesta a Caracas como meollo cultural del país. Se menciona a Renzo Vestrini (1906–1976), un artista oriundo de Italia e inmigrante de posguerra que operó dentro del informalismo en Maracaibo desde 1955, antes de que las propuestas “tachistas” llegaran a la capital; se le asoció con Sardio (1955–61), aquel grupo literario en abierta oposición al régimen autoritario de Marcos Pérez Jiménez (1953–58). Tras la desintegración de Sardio, algunos de sus miembros se vincularon con El Techo de la Ballena, agrupación artístico-literaria conocida por su creatividad cáustica, publicaciónes incisivas y eventos escandalosos. Tanto Calzadilla como  González fueron cofundadores al lado de Carlos Contramaestre. El artículo apareció un año antes del surgimiento de El Techo de la Ballena; no obstante, ambos están articulando ya su rechazo a la figuración tradicional y a la geometría abstracta con objeto de traer a la luz los aspectos líricos e informalistas de la abstracción.  

Además de Calzadilla y González, Manuel Quintana Castillo, Perán Ermini, Josefina Urdaneta y de Alberto Urdaneta se citan como organizadores del Salón —el par último, artistas residentes en Maracaibo y los restantes en Caracas. Además de Vestrini y Contramaestre, se encontraban entre los participantes: Pascual Navarro, Ruben Nuñez, Alberto Brandt, Jorge Castillo, Mercedes Pardo, Julio Borges, Perán Ermini, Marcos Miliani, Daniel González, Pedro Briceño, Fernando Irazábal, Raúl Garmendia, Hernán Dupouy, Ramón Vásquez Brito, Maruja Rolando, Mary Brandt, Molos Jonic, Teresa Casanovas, Rafael Sandoval, Puig, Luis Ramírez, Pedro González, Ralph Ermini, Almenar, Alcides López Orihuela y Jesús Rafael Soto. Dicho sea de paso, el texto de Calzadilla sobre el Salón registra 34 artistas.

[En referencia al relato de Calzadilla, véase en el Archivo Digital ICAA,  “Espacios vivientes” (doc. no. 1279384). Respecto a textos de El Techo de la Ballena, consultar: “Establecer una frontera entre lo cursi y lo pavoso…” (doc. no. 1059586); “Para la restitución del magma” (doc. no. 1060710); “Las ‘Instituciones de cultura’ nos roban el oxígeno, afirman” (doc. no. 1060199); Rayado sobre el Techo No. 2, editorial, “Cambiar la vida, transformar la sociedad” (doc. no. 1060254); y el “Segundo Manifiesto” (doc. no. 1057677)].