Baiba Pecins produjo este artículo para The Daily Journal, diario venezolano para lectores en lengua inglesa (1945-2008). Se presenta la obra de Mercedes Pardo (1921-2005) en su retrospectiva Color: Piel, Presencia Meditada: Mercedes Pardo. Esta muestra de 1979 incluyó obra de sus últimos veintiseis años de producción artística (óleos, collages, serigrafías y tintas acrílicas, entre otras técnicas), la cual había sido expuesta en la GAN (febrero 11 de 1979) en Caracas. Institución donde había mostrado su obra más reciente bajo el título de Del taller de Mercedes Pardo hoy (de julio a agosto de 1978). El artículo se publica una semana después de que Pardo había sido galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas. Tanto su primera retrospectiva como su Premio Nacional suceden tras tres décadas de producción artística, con su aporte al surgimiento de la abstracción en Venezuela, a inicios de los cincuenta, incluido.
Pecins destaca la importancia de la continuidad en la producción artística de Pardo, al mismo tiempo que suministra dos ejemplos específicos de sus extremos tanto cronológicos como estructurales: sus collages de los años sesenta y su obra más reciente en acrílico. Los collages se proponen como una estrategia de inclusión de la realidad en su visión del arte por medio de imágenes figurativas recortadas. En la época, se discutía también un momento en el cual Pardo se halla “plemanente conciente de los avances del Consumo”; sus preocupaciones se asientan en los efectos que el florecimiento económico provoca en el sistema del arte, tema que estará al frente y en el meollo de sus entrevistas a partir de la década de setenta [véase en el Archivo Digital ICAA (doc. no. 1331363">1331363)]. Lo que discute Pecins en torno a la última producción de Pardo se centra en el aspecto geométrico, presentándolo como punto de partida. Citadas en el artículo, las propias palabras de Pardo —“No hay nada estrictamente intencional en mi obra”— parece contradecir la organización estructural antes estudiada, su cuidadoso empleo generador del espacio pictórico, así como los largos tiempos preparatorios en el núcleo de sus procesos creativos. Es digna de mención, aquí, otra fase de su carrera no referida en el artículo aunque mostrada en la retrospectiva de 1979: el período informalista. Desde inicios de los cincuenta, y a lo largo de su trayectoria, Pardo hizo experiencias con la abstracción a través de un enfoque no-geométrico y una amplia gama de apoyos y técnicas.
Respecto a otras reseñas sobre Color: Piel, Presencia Meditada: Mercedes Pardo (1979), consúltese: Virginia París, “Mercedes Pardo y su presencia meditada” (doc. no. 1331347); Manuel Bolívar Graterol, “Ambigüedad y disonancia” (doc. no. 1331331); María Josefa Pérez, “Yo siempre era la esposa de Alejandro y no una artista” (doc. no. 1331363">1331363); Juan Acha, “Color: Piel, Presencia Meditada de Mercedes Pardo” (doc. no. 1331395); anónimo, “Mercedes Pardo: ‘Presencia Meditada’” (doc. no. 1331411); Elizabeth Schön, “Exposición Antólogica” (doc. no. 1331299); and Roberto Guevara, “Mercedes Pardo: Color Persuasivo” (doc. no. 1331315). Para una posterior lectura sobre la opinión de la artista respecto a la mercantilización del arte, véase: Virginia Minaya, “Soy pintora existencial y de pocas galerías” (doc. no. 1331020); y Miriam Freilich, “El arte es revelación, no producción” (doc. no. 1325266).