Debate sostenido por el intelectual alemán especialista en temas marxistas Iring Fetscher y el escritor, ensayista y crítico de arte peruano Mirko Lauer para la revista peruana U-tópicos, bajo la moderación del historiador y crítico de arte peruano Gustavo Buntinx, sobre la cultura y estética marxista, así como, de manera más amplia, sobre el problema de los modos de producción y de la transformación de la sociedad. Se trata en primer lugar sobre los orígenes de la estética marxista, los que no se encuentran en la obra del pensador alemán, quien no teorizó sobre esta disciplina, sino en las necesidades del estado soviético de la primera mitad del siglo XX, el que ante la falta de un corpus doctrinario como mecanismo de control en el campo artístico, debió crear una estética marxista, tomando las elaboraciones de los marxistas socialdemócratas, basadas más bien en las ideas de Hegel que se acomodaban mejor a conceptos predeterminados, que las ideas de Marx. Se discute también la posibilidad de aplicar el marxismo fuera del contexto europeo en el que fue creado, y se señala que su futuro justamente se encuentra en la aceptación de las evoluciones independientes que puede tener en otras realidades. Es el caso de América Latina en donde, consideran, ya se está gestando con éxito un pensamiento marxista propio. Si bien Marx no llegó a percibir esta posibilidad en ningún ámbito del marxismo desde su perspectiva eurocéntrica, característica del romanticismo del siglo XIX, y su idea de progreso está asociada a la desaparición de las sociedades pre-capitalistas, que dan lugar a sociedades industriales capitalistas, como única vía para el desarrollo de las sociedades socialistas, Lauer plantea que la desaparición de las sociedades pre-capitalistas puede devenir en nuevas formas de producción, no necesariamente capitalistas, determinadas por conciencias distintas. Retomando el tema de la estética marxista, se esclarece la postura de Marx frente al arte, pues si bien propuso que en la sociedad comunista la práctica artística sería parte de las actividades cotidianas, con la consiguiente desaparición de la categoría artística, anticipándose a muchos artistas contemporáneos como Joseph Beuys, quien proponía la disolución de las barreras entre el arte y la vida; sin embargo, una vez más, Marx no está estableciendo un punto de vista estético, sino una conclusión a sus teorías sobre la naturaleza de la división del trabajo. También se aborda el tema de la subordinación del arte a los poderes religioso y político, de los que se libra en el Renacimiento y en la revolución burguesa, respectivamente, para pasar finalmente a una dependencia del  mercado. Finalmente Lauer reflexiona sobre la posibilidad de una práctica marxista en el ámbito del arte e indica que la tarea principal es “la construcción de una estructura de categorías coherentes para la realidad con la que estamos trabajando”,  lo que no ha sido realizado por los historiadores del arte marxistas, quienes al trabajar con datos de campo ajenos, han proporcionado muy poca información nueva. Lo más importante, concluye, no es inventarle a Marx “una estética por la cual no se preocupó (…) sino reconocer la validez que hoy tiene su método como una guía en el intento de elaborar una estética de lo real que nos sirva efectivamente para la construcción de un conocimiento científico alternativo”.

Cada número estuvo dedicado a un tema: el tercero (Nº 4/5), cuya contracarátula constituye el presente documento, a la práctica del arte vista desde la teoría marxista. Tanto en el presente texto, como en el de presentación de la publicación y en el del colectivo de arte chileno C.A.D.A. se resumen las preocupaciones esenciales respecto a la “estética marxista”, su replanteamiento en América Latina y el desarrollo del arte no-objetual como posibilidad de un arte verdaderamente revolucionario. Además del diseño, Ruiz Durand incluye a lo largo de la publicación una serie de dibujos y viñetas bajo el título de A la fecha, casi 5,000 muertes y desapariciones documentadas (aludiendo el conflicto armado que el Perú vivía desde 1980).

El moderador del debate entre el intelectual alemán Iring Fetscher y Mirko Lauer para la revista U-tópicos Entornoalovisual, es el historiador, curador y crítico Gustavo Buntinx, quien durante la década de ochenta (bajo el pseudónimo de “Sebastián Gris”) publicó artículos en diferentes revistas culturales de Lima. En 1986, fue uno de los fundadores de SUR, Casa de Estudios del Socialismo (Lima).

Iring Fetscher visitó Lima en el año 1983, invitado por el Goethe Institut y la Universidad de Lima, con motivo del centenario de la muerte de Karl Marx. Era entonces profesor de ciencias políticas y filosofía social en la Universidad de Frankfurt, y dictaba cátedra en reconocidas instituciones internacionales: la New School for Social Research de Nueva York (1968/1969), la Universidad de Tel Aviv (1972), el Instituto Holandés de Estudios Avanzados de Wassenaar (1972/1973) y el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard (1977). Su actividad científica se centraba en los estudios de Rousseau, Hegel y Marx, en particular en las diferentes direcciones del marxismo europeo.

 Mirko Lauer, por su parte, es un destacado investigador en temas de literatura y arte peruanos del siglo XX, además de escritor y editor de diversas publicaciones; entre ellas, la revista cultural Hueso Húmero, dirigida por él y el crítico literario Abelardo Oquendo.

U-tópicos: Entornoalovisual es una publicación periódica en el Perú de breve aparición (solo tres números publicados entre 1982 y 1984). Fue dirigida por el historiador de arte Alfonso Castrillón (n. 1935), editada a partir del segundo número por el crítico de arte Gustavo Buntinx (n. 1957), y diseñada por Jesús Ruiz Durand (n. 1940), artista plástico reconocido por la gráfica realizada como parte de la política de revaloración del campesino y el entorno agrario del gobierno del General Juan Velasco Alvarado (1968–75). La revista plantea un enfoque social-marxista del fenómeno artístico y se inserta en un movimiento más amplio que tuvo lugar a nivel latinoamericano en las décadas de setenta y ochenta a través de la obra de teóricos como el peruano Juan Acha (1916–95) y el argentino Néstor García Canclini (b. 1939), ambos radicados en México, el brasileño Mario Pedrosa (1900–81), Mirko Lauer (n. 1947) o el propio Castrillón.

[Véase otros artículos publicados en la revista U-tópicos: Entornoalovisual en el archivo digital ICAA: “Águila, tigre, Che Guevara, Rosa de los Vientos” de Gustavo Buntinx (doc. no. 1292492); “Afiches de la Reforma Agraria: otra experiencia trunca” de Jesús Ruiz Durand (doc. no. 1139386); “Desbordar los límites” (sin autor) (doc. no. 1292558);  “La necesidad del arte” de Juan Wilfredo et al (doc. no. 130282); “López Antay: significación actual” de Alfonso Castríllo Vizcarra (doc. no. 1136495); y “Por una cultura real” de Hugo Salazar del Alcazar (doc. no. 1292528)].